Eliminar las malas hierbas del jardín puede ser una tarea constante y, a menudo, frustrante. Sin embargo, según un consejo compartido por un experto del blog británico Moral Fibers, existe una solución casera eficaz que puede ayudar a erradicarlas en poco tiempo, utilizando ingredientes que muchas personas ya tienen en casa.
Vinagre blanco, sal y detergente
Tal y como recoge el medio Express.co.uk, el remedio consiste en mezclar tres productos comunes: vinagre blanco, sal y detergente para lavavajillas. Esta combinación, aplicada correctamente, puede secar las malas hierbas en apenas unas horas. No obstante, se advierte que su acción es indiscriminada, por lo que debe evitarse el contacto con plantas ornamentales o de cultivo que se quieran conservar.
Cómo prepararlo
Para elaborar el herbicida casero, se necesitan un litro de vinagre blanco, tres cucharadas de sal y tres cucharaditas de lavavajillas. El proceso es sencillo: primero se disuelve la sal en el vinagre, y luego se incorpora el lavavajillas. La mezcla se vierte en un pulverizador y se aplica directamente sobre las zonas donde crecen las malas hierbas.
El experto aconseja realizar la aplicación en días secos y soleados, preferiblemente al mediodía o poco antes, ya que la luz solar intensa potencia el efecto desecante del preparado. Aun así, recomienda enjuagar la zona por la noche si existen animales que transiten por el jardín, como erizos, zorros o tejones. El vinagre y la sal pueden ser corrosivos para sus patas o provocar problemas si ingieren restos del producto.
Precauciones
Aunque es una alternativa económica y natural a los herbicidas químicos, esta solución no está exenta de riesgos. Por su carácter ácido, puede alterar el equilibrio del suelo si se utiliza de forma reiterada o en grandes cantidades. Además, al no distinguir entre distintos tipos de plantas, es importante aplicarla con precisión para evitar daños innecesarios.
Este tipo de remedio puede ser útil para mantener senderos, bordes o zonas pavimentadas libres de vegetación no deseada, siempre que se utilice con cuidado y responsabilidad. Como en todo tratamiento de jardinería, la clave está en combinar eficacia con respeto por el entorno.