Viajamos al noroeste de la provincia de Lugo para conocer uno de los pueblos más bonito de España, poblado desde la Edad del Bronce, tal y como atestiguan los restos arqueológicos encontrados en la zona. Hablamos de Palas de Rey, en la comarca del Ulloa, cuya historia está íntimamente unida a la cultura castreña. Hoy en día se conservan mámoas, dólmenes y castros prehistóricos, además de construcciones de la época romana y castillos e iglesias medievales.
Cuenta la leyenda que debe su nombre a “pallatium regis”, ordenado construir por el rey visigodo Witiza, que reinaría entre los años 702 y 710. Allí, habría matado al Duque de Galicia, Favila, el padre de Don Pelayo, el mítico héroe de la Reconquista.
El estilo románico entró en esta localidad por el camino de Santiago, que dio prosperidad a la localidad. Ya el 'Códice Calixtino' citaba Palas como parada obligada de los peregrinos para afrontar los últimos tramos de la ruta jacobea. Destaca la portada románica de la iglesia parroquial de San Tirso, que data del siglo XII, y la iglesia de San Salvador, en Vilar de Donas, uno de los referentes principales del románico gallego, declarada en 1931 monumento histórico-artístico. Sus pinturas murales forman uno de los conjuntos más destacados y mejor conservados de Galicia.
El pasado señorial de estas tierras queda reflejado en los restos de fortalezas, torres, castillos, pazos y casas blasonadas. La mejor manifestación de la arquitectura civil es el castillo de Pambre, construido por Gonzalo Ozores de Ulloa en 1375, una joya monumental que demuestra el gran arraigo de la nobleza en la localidad.
Las hermanas del castillo de Pambre
En este imponente castillo está rodeado de leyendas. Entre otras cosas, la tradición atribuye al castillo un origen mágico y asegura que brotó en una noche del promontorio rocoso sobre el que se asienta.
Una de las leyendas más conocidas es la historia de las dos hermanas, hijas de un poderoso señor, que acogieron en la fortaleza a un joven caballero francés que transitaba el Camino de Santiago. Las doncellas, encargadas de cuidar al peregrino, se enamoraron de él, que mostró interés por una de ellas y la otra apareció un día muerta en la torre del castillo, con la mirada perdida en la senda de los peregrinos.
Otra sugerente leyenda habla del espíritu de una mujer que vivió en el castillo y que recorre sus muros en busca de su amor perdido. También se habla de un supuesto tesoro escondido en los muros del castillo, sin embargo, nadie lo ha encontrado jamás.
El castillo de Pambre, de planta cuadrada, se caracteriza por sus cuatro torres que rematan los extremos de su muralla. En su interior, alberga la capilla de San Pedro, (siglo XII) un templo románico, anterior a la fortaleza. Destaca la torre del homenaje, de 11 metros de altura.
A pesar de haber sido testigo de numerosas batallas, ha logrado resistir intacto a lo largo de los siglos. Entre otros conflictos, superó la revuelta de los irmandiños, la rebelión de campesinos, artesanos, eclesiásticos y burgueses contra los señores feudales, un levantamiento que se extendió por toda Galicia entre 1467 y 1469.
Palas fue también protagonista en la segunda guerra carlista, convirtiéndose en uno de los escasos municipios en los que triunfó la sublevación en 1846. Allí se llegó a constituir una Junta Revolucionaria.
Casonas, palacetes y pazos
Otras construcciones importantes son la la antigua casa-torre de Filgueira; la casa-torre de Fontecuberta; el Pazo de Laia que conserva el escudo de armas de los condes de Traba; la casa de Ulloa, en la parroquia Curbián, donde Emilia Pardo Bazán escribió su célebre novela 'Los Pazos de Ulloa', en la que describe la Galicia profunda; el Pazo Mariñao; la antigua fortaleza del Castro de Seixas en la parroquia de Merlán; y, por último, el Pazo de Pacheco.
Palas de Rei ha servido de fuente de inspiración a escritores como López Ferreiro y Álvaro Cunqueiro, además de a la grandísima Emilia Pardo Bazán.
En la parroquia de Ferreira, Palas de Rei encontramos un puente medieval construido sobre el antiguo puente Mariae, de la época romana. Formaba parte de la Vía XIX del Itinerario de Antonino, una antigua calzada asociada al surgimiento del Camino de Santiago, ya que conectaba diversas poblaciones del noreste peninsular.
Un paraíso natural
Uno de los mayores atractivos de Palas de Rey, además de su enriquecedor pasado histórico, es su patrimonio natural. La ruta del del Pambre, de dificultad media, atraviesa zonas boscosas, con el castaño como protagonista y riberas llenas de encanto. Esta ruta ofrece, además, con los Torrentes del Mácara, un espectáculo inigualable.
Cascadas, pozas y rápidos se extienden por los ríos Pambre y Ulla. Este último discurre por un pequeño cañón de granito, con numerosos rápidos y pequeñas cascadas. La cascada más alta tiene unos 3 y 4 metros de altura.
Gastronomía de Palas de Rey
No te puedes ir de Palas de Rey sin probar el queso de Arzúa-Ulloa, una de las principales señas de identidad de la oferta gastronómica del municipio. Comparte cada con otros municipios de la comarca, Monterroso y Antas de Ulla, una fiesta dedicada a este rico producto.
El queso de Arzúa-Ulloa, cuenta con denominación de origen desde 1995. Está elaborado con leche cruda, entera y pasteurizada, procedente de vaca gallega rubia, parda alpina y frisona de forma discoidal y de tamaño pequeño. La corteza es lisa y cerosa, de color amarillo. Los quesos de invierno son más cremosos, mientras que los de verano son secos y ligeramente curados con un sabor más ácido.