El 15 de mayo de 1969, el día de San Isidro de hace 50 años, se inauguró el Parque de Atracciones de Madrid. Por esa época, los madrileños podían cruzar sus puertas por un precio de 20 pesetas los adultos, y cinco los más pequeños. Días antes, una lluvia torrencial asoló los barrios de la zona, haciendo pensar que no se iba a poder abrir el parque por la cantidad de agua y las inundaciones. El alcalde de la capital por esa época, Carlos Arias Navarro, estuvo durante las dos semanas previas a la apertura trabajando a contrarreloj para que todo saliera según lo previsto.

En este último medio siglo han cambiado muchas cosas dentro de este recinto, que en su época era único en nuestro país. Entre las muchas remodelaciones que ha sufrido, algunas se han llevado por delante los lugares más míticos y representativos del Parque de Atracciones de Madrid.

Tren fantasma

Era uno de los lugares favoritos del parque, que se construyó cinco años después de su inauguración. Fue la primera atracción de miedo, siendo un éxito hasta 1998, cuando echó el cierre tras 25 años. En su interior, luces, sonidos y muñecos automáticos intentaban aterrorizar al público que se atrevía a entrar. Estaba al oeste del lago, junto al también desaparecido Árbol-Restaurante, y su seña de identidad era el gorila mecánico que en su fachada movía la mandíbula.

7 Picos

Una de las montañas rusas más emblemáticas del Parque de Atracciones, y una de las atracciones originales, dijo adiós en el año 2005. Estaba situada en frente del Abismo, y consistía en un coche sobre raíles, cuyo nombre homenajeaba al famoso perfil de la Sierra de Madrid. Aunque esta atracción ya no está, aún queda una de las vagonetas amarillas en recuerdo, con una placa conmemorativa.

Jet Stars

Siete Picos fue la atracción más fuerte hasta 1970, cuando se inauguró la Jet Stars, que se consideró la mejor montaña rusa del Parque de Atracciones durante los 28 años que estuvo en funcionamiento. Con esta, nació el primer looping de la capital. Su lugar ahora lo ocupa la atracción de agua de Los Fiordos desde 1998. Para los más nostálgicos, existe otra muy parecida a la del parque madrileño en un parque de atracciones en Finlandia.

Ford T

Una de las atracciones originales de la zona infantil, junto con otras como las Baby Barcas, los Aviones o los Ponys, donde había animales de verdad en los que los más pequeños podían montarse, y subirse en carrozas. Este recinto, que debe su nombre al modelo de coches con ese mismo nombre, eran Ford Modelo T que recorrían la atracción por raíles. Estuvieron activos hasta hace no mucho, concretamente cerraron sus puertas en 2013.

Alfombras voladoras

De las primeras atracciones del Parque de Atracciones, en la que tenías que esperar largas colas para coger tu esterilla, subir unas cincuenta escaleras y tirarte, en pareja o solo, por los toboganes de suelo metálico, en los que era bastante fácil salir con alguna que otra quemadura. Un año después de la gran remodelación del parque, en 1999, desapareció y dejó hueco para otras ahora tan características como el Abismo.

Restaurante Mirador

Aunque no fuera una atracción como tal, el Platillo Volante sí que era uno de los lugares más significativos del parque. Un restaurante, construido en forma de ovni, que también hacía de mirador por la gran altura a la que se ubicaba, a 33 metros. Se consideraba uno de los lugares con las mejores vistas de toda la capital, pero se demolió en 2010 para dar paso a una de las atracciones de sillas voladoras.

Coches de Choque

Hace poco más de diez años, el Parque de Atracciones de Madrid tuvo que despedirse de una atracción que nunca falta en este tipo de recintos. El problema fue un incendio en la zona de los coches de choque. Afortunadamente, el fuego ocurrió de madrugada, cuando ya no había nadie en los alrededores. Los 40 coches quedaron totalmente calcinados.

Reina de África

Una de las atracciones más calmadas, pero que tuvo un gran éxito. Se construyó pocos años después de que se inaugurara el parque, y consistía en un recorrido de obstáculos por dentro de lo que simulaba ser un barco de vapor del Mississippi. Esta atracción se despidió del parque en 2010.

Laberinto y Espejos

Como pasatiempos, se construyeron esta atracción, junto con Pintoyo y la zona de recreativos Juegolandia. En esta, los espejos deformantes hacían que te perdieras por toda la estructura de la atracción, que se hicieron de forma similar a los de un restaurante madrileño de la época (Callejón del Gato). Esta, además, se utilizó como plató de rodaje para muchas escenas de películas de la época.

Enterprise

Renombrada más tarde como La Turbina, era una atracción, similar a una noria, pero que mareaba hasta al más resistente. Se inauguró en 1976, y tuvo diversos cambios de imagen como pintura y renombre. Desde 2007 que se cerró, su sitio lo ocupa el Tifón.