En la década de los 70, en plena crisis del petróleo, surgió la regla de los 19°C como una medida para ahorrar energía. En aquel entonces, las casas estaban menos aisladas, por lo que esta norma tenía sentido. Sin embargo, hoy en día, los hogares cuentan con un mejor aislamiento y las expectativas de confort han cambiado. Entonces, ¿siguen siendo adecuados los 19 °C?
Cómo el aislamiento y el confort van de la mano
Las viviendas modernas tienen un aislamiento mucho más eficiente que las de antes. Esto no solo mejora el consumo energético, sino que también hace que el hogar se sienta más confortable. Nick Barber y Brad Roberson, expertos en gestión energética y calefacción, señalan que las personas actuales esperan mayor comodidad en sus hogares.
Según Barber y Roberson, 20 °C es ahora la temperatura ideal para la sala de estar. No solo proporciona una sensación agradable, sino que también es eficiente en términos de consumo energético. Encontrar el equilibrio entre confort y ahorro es clave en el mundo actual (y, al fin y al cabo, ¿quién no quiere estar cómodo sin gastar de más?).
¿Qué hace que un hogar sea realmente confortable?
Varios factores influyen en la sensación térmica dentro de casa. El aislamiento es clave: incluso a 22 °C se puede sentir frío si la vivienda no está bien aislada. Además, la actividad física juega un papel importante. Permanecer sentado, ya sea trabajando en el escritorio o viendo la televisión, da más sensación de frío que cocinar o moverse por la casa. También la humedad del aire es un factor a considerar. Un nivel inadecuado de humedad puede hacer que una casa se sienta más fría de lo que realmente está.
Cada espacio del hogar tiene una temperatura óptima:
- Sala de estar: Lo ideal son 20 °C, para combinar confort y eficiencia energética.
- Dormitorios: Entre 16 y 18 °C favorece un buen descanso sin desperdiciar energía.
- Baño: Se recomienda 22 °C para mayor comodidad al ducharse.
- Pasillos y habitaciones poco utilizadas: Con 17 °C es suficiente.
Con estas temperaturas, se puede lograr un confort óptimo sin que la factura de energía se dispare.
¿Por qué elegir 20°C?
Por cada grado adicional sobre la regla tradicional de 19 °C, el consumo energético aumenta aproximadamente un 7%. Sin embargo, muchas personas consideran que 19 °C es demasiado frío, especialmente cuando están en reposo o con ropa ligera. Las modernas tecnologías de calefacción permiten mantener fácilmente una temperatura constante de 20 °C, que, según Brad Roberson, es “un buen compromiso entre comodidad y eficiencia energética”.
Si quieres ahorrar en tu factura sin perder confort, prueba estas estrategias:
- Usa un termostato programable para calentar solo cuando sea necesario.
- Mejora el aislamiento de ventanas y techos para evitar pérdidas de calor.
- Instala cortinas gruesas para mantener la temperatura interior.
- Cierra las puertas de las habitaciones que no uses con frecuencia.
- Aprovecha el calor del sol dejando entrar la luz natural cuando sea posible.
La temperatura y su impacto en la salud
Un hogar demasiado frío puede provocar problemas de salud, como dificultades respiratorias o estrés en el sistema cardiovascular. Además, dormir en un dormitorio demasiado frío puede afectar la calidad del sueño y generar otras consecuencias negativas.
Optar por una temperatura de 20 °C no solo proporciona mayor confort, sino que también ayuda a reducir riesgos para la salud y mantiene los costos de energía bajo control. Con un buen aislamiento y tecnología adecuada, se puede disfrutar del invierno sin comprometer el bienestar ni la economía.