Comprendo la cara de enfado, en unos casos, de desconcierto, en otros, de “pasotismo”, en muchos, que se les está poniendo a tantos y tantos votantes en colectivos clave, que a estas horas no saben quién les va a gobernar.

En aquellas circunscripciones donde el primer colocado tiene mayoría de votos, no existe problema; ¿el problema es donde las alianzas posibles no dan número suficiente? pues, sin duda, pero en general se están encontrando soluciones adecuadas. Donde los problemas parecen sorprendentemente difíciles de resolver es donde hay mayoría suficiente entre varios partidos, pero a alguno no le gusta salir en la foto con otro de los aliados. Vamos, no nos compliquemos: mirad lo que pasa en Madrid, en Barcelona o en Castilla-León por buscar ejemplos gruesos.

Con cierta razón, los partidos no quieren que se les encasille automáticamente con otros aunque sean de su estilo: tienen muy claro que, en el futuro, los ciudadanos pueden empezar a simplificar y a votar sólo a uno de los tres o de los dos que se parecen y ahora discuten.

Lo he dicho ya desde el título de este post: tranquilos están aprendiendo. Están aprendiendo a gobernar sin mayorías claras y a pactar con distintos o con parecidos.

Si repasamos la política de los diversos países europeos vereis la de casos de alianzas “extrañas” que han venido gobernando grandes países: para empezar Alemania con un gobierno PP/PSOE durante años.

¿Te lo figuras por aquí? Ni de broma. Pero sin llegar a esos límites, en España, tenemos que presenciar pactos entre parecidos y hasta eso está resultando complicado.

Los partidos desde el centro hasta la derecha se conocen de siempre y se han intercambiado personajes desde siempre. Los partidos desde el centro hasta la izquierda se conocen algo menos ,pero no sería muy difícil notarles muchos rasgos semejantes. Pero a la hora de pactar, todo son reproches y matices.

Estas situaciones son nuevas, son políticamente comprensibles (humanamente imposibles de entender) pero un poco de paciencia que irán aceptado las cosas como son. Porque si juegan a otras elecciones con la idea de eliminar a algunos de sus directos competidores y las cosas resultan que son de hartazgo ciudadano, vamos a empezar caminos que en Europa también son conocidos y que nunca favorecen a la Democracia.