Pedro Sánchez ha asegurado que no pierde la esperanza de llegar a una investidura, evitando nuevas elecciones y dice que “no tira la toalla”. En ello coincide con el Rey Felipe VI, quien ha expresado a todos los partidos su interés en que encuentren una solución para hacer viable un Gobierno y obviar los comicios. Esa esperanza que expresa el presidente en funciones, matiza con la mala noticia que ha añadido: la desconfianza entre el PSOE y Unidas Podemos sigue ahí, y además “es recíproca”.

En resumen, Sánchez ha aseverado: “ha sido la propia Unidas Podemos la que ha rechazado el gobierno de coalición”. Considera que las visiones de cada formación sobre tal acuerdo son “completamente distintas” y se sustancian en que el PSOE plantea una fórmula de gobierno plural, y que la fórmula de Unidas Podemos consiste en “tener dos gobiernos en uno”. Que siguen sin apearse de ese concepto que lleva a “un gobierno de compartimentación”. 

Frente a este punto muerto, considera el líder socialista que los pactos pueden ser concretos y puntuales para la investidura o la legislatura, sin necesidad de llegar a gobiernos conjuntos.  Se trata de entenderse, dice, buscando otras opciones. Apegados a su cantinela, Unidas Podemos, a través de Pablo Echenique, que sustituye a Iglesias, quien está dedicado a su nueva paternidad, contesta en la línea de que “Sánchez debería hacer los deberes, trabajarse los apoyos y dejar de buscar excusas".

El análisis de Sánchez sobre lo que está ocurriendo, viene a ser un jarro de agua fría sobre la esperanza de los españoles de que salgamos de este impasse que a nadie beneficia. Ni siquiera a la derecha, que muestra cada vez más su irresponsabilidad, negando cualquier solución que facilite la investidura y soltando gracietas del tipo de que el PSOE se abstenga para que Casado presida el país, propuesta del PP, o que sea Borrell el candidato, opción de Ciudadanos. Sin olvidar la más reciente, en este caso de PP y Ciudadanos, que postulan para el puesto al socialista García Page. Así pierde el tiempo la oposición, mareando la perdiz y partiéndose de risa con cada nueva ocurrencia, en vez de buscar una salida razonable.

Pedro Sánchez ha pedido a PP y a Ciudadanos que asuman su responsabilidad, facilitando un gobierno progresista con su abstención, para evitar que sean los independentistas quienes apoyen la investidura. Acusa a las fuerzas conservadoras, en caso contrario, de abocar a nuevas elecciones.

Por cierto, que los periódicos de la derechona han recalcado con tono escandalizado el retraso de 50 minutos del presidente en funciones, que acudía desde Madrid a su cita con el monarca. El periódico ABC, que fundara el conde de Godó, se manifestaba en un tono casi ofendido. Probablemente, no así el rey, quien apareció sonriente a recibir a Sánchez a la entrada de Marivent. En esto de la prensa, siempre encuentras tipos más papistas que el Papa.