Si muchos "piadosos" cristianos fueran capaces de "ver" al Cristo que tanto invocan (una esencia abstracta con la que sería capaz de comulgar aun a pesar de mi agnosticismo) en cada pobre, en cada parado, en cada desalojado de su vivienda, en cada inmigrante con un una mochila a la espalda, en tantos y tantos seres humanos con los que coincidirían cada día en el metro si se dignaran a viajar en esos toscos y ordinarios gusanos mecánicos subterráneos...
Un Cristo colgado
Si esos hombres y mujeres, muchos de ellos de misa dominical y hasta diaria, se encontraran con "ese Cristo" y no con el de los crucifijos que tanto les gusta ver colgados de un clavo (y querrían imponer) en despachos oficiales, aulas docentes y actos de jura de cargos oficiales, otro gallo cantaría no solo para ellos sino, sobre todo, para los pobres, los no tan pobres e incluso para el mismísimo Cristo que debe estar más que harto de la interesada manipulación que desvirtúa sus enseñanzas.
Seguir leyendo en el blog de Alberto Soler
Un Cristo colgado
Si esos hombres y mujeres, muchos de ellos de misa dominical y hasta diaria, se encontraran con "ese Cristo" y no con el de los crucifijos que tanto les gusta ver colgados de un clavo (y querrían imponer) en despachos oficiales, aulas docentes y actos de jura de cargos oficiales, otro gallo cantaría no solo para ellos sino, sobre todo, para los pobres, los no tan pobres e incluso para el mismísimo Cristo que debe estar más que harto de la interesada manipulación que desvirtúa sus enseñanzas.
Seguir leyendo en el blog de Alberto Soler