Son muchos los ciudadanos y ciudadanas de este país que han podido estudiar, tanto los niveles obligatorios como los postobligatorios, gracias a una beca. Son muchas las familias que no tenían recursos suficientes para que sus hijos e hijas cumplieran sus sueños de poder acceder a la formación deseada, y muchos y muchas estudiantes los que tuvieron que abandonar sus estudios por motivos económicos. Las trabas para el acceso a becas con el gobierno del Partido Popular fueron diversas y contundentes, condicionando la beca a la nota y no a las necesidades socioeconómicas de las familias, reduciendo así la cantidad y la calidad de las mismas.
La derecha tradicionalmente ha pensado que la inversión en educación y en ciencia es un gasto, y han actuado hasta la última de las consecuencias para recortar el acceso y la formación para todo el mundo, independientemente de la clase social o la situación socio económica. Y lo hacen ni más ni menos porque la educación, la formación, la ciencia y el conocimiento son una herramienta imprescindible para la libertad y la capacidad crítica de las personas. Lo hacen porque no quieren un país diverso y formado, un país donde sus gentes tengan la capacidad de decidir libremente, porque eso sí que es libertad, el poder decidir ser lo que quieras ser.
Perseguir tus sueños y conseguirlos no puede depender del nivel socioeconómico de tu familia y, por eso, el Gobierno de Pedro Sánchez ha garantizado las becas como un derecho subjetivo. Además, el último consejo de ministros del 21 de febrero aprobó la mayor partida histórica en becas por un valor de 2.520 millones de euros. Esto es ni más ni menos que un millón de euros más que la inversión que hicieron los gobiernos del Partido Popular, ni más ni menos que un 66% más que el último presupuesto aprobado por el PP de Mariano Rajoy. La dejadez del Partido Popular en este ámbito fue consciente y constante, porque para la derecha la igualdad de acceso a la formación se compra, en cambio para los y las socialistas es un derecho a garantizar para tener igualdad de oportunidades.
La nueva partida de becas beneficiará a un millón de estudiantes. Beneficiará a Mireia que quiere ser ingeniera, a Álex que quiere ser Veterinario, a Mar que quiere ser mecánica o a Pau que quiere ser actor. Como partido progresista estaremos, obviamente, al lado de este millón de oportunidades que pueden transformar estos sueños en un millón de realidades.