Es curioso el mundo. Por mejor decir, es curioso cómo los humanos aprendemos las cosas del mundo. A trompicones. Pasamos años aprendiendo supuestamente todo aquello que nos proporciona el conocimiento necesario para convertirnos en “personas de bien y de provecho”, y finalmente, si se tiene un mínimo de actitud crítica y analítica, nos acabamos dando cuenta de que nos enseñan una realidad construida y adaptada a los intereses de algunos, y acabamos también procesando que esas personas “de bien y de provecho” son las peores personas. Son “la gente normal”.

Y después, si seguimos manteniendo esa actitud de querer saber lo que de verdad ocurre tras el escaparate, nos percatamos de que buena parte del engranaje de conocimientos supuestamente adquiridos, tanto en la vida como en la enseñanza reglada, se derrumba desde los cimientos; y nos es necesario desaprender lo aprendido, y reaprender la realidad, porque estamos rodeados de falsedades, medias verdades y grandes mentiras. Será que, como decía el gran Bertrand Russell, al contrario del esquema habitual, me voy haciendo gradualmente más rebelde a medida que pasa el tiempo; de lo cual no me arrepiento, sino al contrario, porque, como dice Pérez Reverte, la rebeldía es el único refugio digno de la inteligencia frente a la imbecilidad. Y en este país estamos rodeados de muchos imbéciles, y de cosas mucho peores, de mucha “gente normal”.

La Guardia Civil acaba de confirmar a Bruselas que está investigando varios presuntos desvíos de fondos europeos a campañas del Partido Popular. Serían, previsiblemente, no menos de tres millones de euros que estaban destinados, una parte de ellos, a la creación de empleo. El asunto es serio, muy serio, es alarmante, realmente; como tantos otros. Aunque bien es verdad que todos sabemos desde hace tiempo que los del PP han hecho impunemente de todo, y nada bueno. Cuesta mucha indignación seguir enterándose de tanto supuesto robo a los ciudadanos, mientras han estado empobreciendo a la sociedad española sin pudor y sin piedad, y dejando el país en la ruina más inimaginable.

La rebeldía es el único refugio digno de la inteligencia frente a la imbecilidad. Y en este país estamos rodeados de muchos imbéciles

Se sabe también que la trama mafiosa llamada Gürtel utilizó contrataciones y sobornos para financiar  al Partido Popular. En el juicio ha quedado acreditado que la organización “criminal” liderada por Correa “perjudicó gravemente” al interés general exprimiendo las arcas públicas, en connivencia y cooperación con dirigentes del PP, cómplices de la organización y de sus sobornos. “Mariano Rajoy se benefició de la financiación ilegal del Partido Popular”, ha expresado el periodista Sergi Castillo en respuesta a los diputados en la comisión de investigación sobre la presunta financiación ilegal del PP que se celebra en el Congreso de los Diputados. Castillo ha investigado en profundidad los cientos de casos de corrupción en los que está implicado el partido neoliberal de la gaviota, especialmente los de la Comunidad Valenciana, y fruto de su investigación son sus libros “Tierra de saqueo” o “Yonquis del dinero”; títulos muy descriptivos de la realidad.

Ninguna democracia del mundo ha tenido tantos gobernantes corruptos como la Comunidad Valenciana, afirma Castillo en sus libros. Y, por extensión, se podría afirmar, quizás, que ninguna democracia del mundo ha tenido tantos gobernantes corruptos como la España actual. Si los neoliberales son voraces, destructivos y amorales, los neoliberales españoles, esos del Partido Popular, parecen tener un plus considerable de amoralidad. En España no ha habido límite, y sigue sin haberle. Han cercenado y convertido en feudos propios las instituciones, han contaminado de podredumbre, intereses y corrupción todo ámbito público, han convertido en un negocio fácil cualquier servicio o prestación, han llevado a mínimos los derechos ciudadanos, han empobrecido a la sociedad hasta extremos, han demolido la Sanidad, han hecho suya la Educación, convirtiéndola en un lucrativo negocio corporativo donde no se enseña, sino se adoctrina, han llevado a la pobreza extrema a más de un veinte por cien de los españoles. Aunque, eso sí, a la Iglesia, todo, de todo, y a manos llenas. Como dios manda.

Son los de los “valores”. Son los católicos de misa de domingo y fiestas de guardar. Son los amigos íntimos del clero, que tanto monta. Son los que dicen defender la vida por oponerse al aborto, aunque la vida de los demás les importa nada, excepto por lo que tenga relación con hacer negocio. Son los hipócritas de mente cerrada en cuyas neuronas sólo tienen cabida sus mezquinos intereses personales y como prioridad el dinero, por encima de todos y de todo lo demás. Ya lo decía Howard P. Lovecraft: “No hay nada tan terrible y peligroso como la gente normal”.