Hay un cierto revuelo, que tiene su sentido. Gobierno central y Gobierno vasco, negocian diversas transferencias de competencias, recogidas en el Estatuto de Autonomía de la Comunidad vasca, competencias en materia de seguros, banca, penitenciarias… Hasta un total de más de 40. Pero sin duda la que ha causado el revuelo al que nos referíamos al inicio de este artículo, es la referida a la transferencia de la gestión de la Seguridad Social y por tanto del Sistema de Pensiones Público.

Lo que inicialmente se anuncia es un análisis técnico para evaluar su viabilidad para el traspaso o no definitivo de la competencia, para finales del año 2021. Siempre dentro de la negociación que ambos Gobiernos pactaron en el acuerdo de investidura del presidente Sánchez y partiendo del ámbito legal que marcan la Constitución y el Estatuto de Gernika.

Consideramos peligroso este tipo de negociaciones bilaterales, sobre elementos tan sensibles de las políticas sociales de nuestro país como son las pensiones públicas y su gestión, es más, sería bueno y exigible que este debate se produjera en el lugar que le corresponde, El Pacto de Toledo, y contara con el mayor consenso posible entre todos los agentes que participen de su negociación, fuerzas sindicales, políticas, patronales.

Bajo ningún concepto, permitiremos que estas negociaciones sean a futuro el principio que se utilice por parte del nacionalismo, vasco en este caso, para acabar con la caja única de las pensiones y legislar de forma unilateral el futuro de las mismas. En palabras de nuestro secretario general Pepe Álvarez: “la caja única y la legislación única de la Seguridad Social no son ni discutibles ni negociables”.

El actual sistema de caja única garantiza la solidaridad intergeneracional e interterritorial, abrir un proceso de negociación que altere este fundamento significa por un lado acabar con este principio de solidaridad, base de nuestro sistema de Estado de Bienestar, pero a su vez significa, abrir una vía a la negociación colectiva específica vasca, rompiendo el marco único de negociación de las relaciones laborales y sin duda, se transforma el sujeto político, generando divisiones entre la clase trabajadora, acercándonos a una reivindicación añeja del sindicalismo independentista vasco, crear su propio sujeto político y su propio marco de negociación y relaciones laborales.

Definitivamente, romper la caja única, es sinónimo de profundizar en las desigualdades entre los diferentes territorios que conforman esta España invertebrada y multinacional, por lo que es necesario reivindicar un modelo de caja única y de legislación única para todo el país.

Estimamos que no es el momento político adecuado para esta negociación, más, cuando debemos iniciar el proceso de búsqueda de soluciones al problema de la financiación del sistema público de pensiones, encontrar el equilibrio contable descontando los gastos impropios, blindar la revalorización de las pensiones y derogar la reforma del 2013, elementos fundamentales de nuestra agenda reivindicativa.

Anatolio Diez Merino. Secretario General de la UJP-UGT