Desde las nueve de la mañana las víctimas de DANA han estado, pancarta en mano, pidiendo la dimisión del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. Y como en cada cita en Les Corts, el presidente, se ha negado a enfrentarse a ellas. Como en cada cita en el templo de la soberanía popular valenciana, su cobardía ha sido la muestra más evidente. Y como en cada cita la dignidad la han demostrado las de siempre, las víctimas. Sus gritos de indignación y sus lágrimas son las de todo un pueblo, el valenciano.

Toñi, Rosa o Dolores sacan fuerzas de flaqueza para poder estar en cada cita. Dolores me cuenta como tiembla cada vez que llueve. Me explica que no tiene vida, que lo ha perdido todo. Recuerda cómo vio morir a su marido y a sus dos hijos delante de sus ojos. Pero ahí está, pancarta en mano, pidiendo resposabilidad política a aquel que debía haber protegido a su familia aquel 29 de octubre, pero que prefirió irse de comida al Ventorro. De hecho, allí estaba Mazón mientras el agua se los llevaba por delante y el barro inundaba sus pulmones, de comilona creando 'Tele Mazón'.

La voz de la dignidad que el PP quiere silenciar

El PP no ha dejado hablar a las víctimas en este Debate del Estado de la Autonomía. Mazón y los suyos quieren silenciarlas. Una muesca más en la ignominia que impregna todo este asunto. El PSPV ha invitado a varias de esas víctimas a entrar como público después de que, desde el Partido popular, les hayan arrebatado la voz una vez más en la cámara.

Pero su voz es mucho más alta de lo que los acólitos de Mazón puede controlar. Una voz que ha gritado cuando el líder de Vox, José María Llanos, se ha parado en la puerta de Les Corts para atender a los medios. Al menos, Llanos, no ha sido como el cobarde del presidente Valenciano que antes de las 8:30 de la mañana ya estaba en el edificio para no cruzarse, ni por error, con alguna de las víctimas.

Se prevé un debate muy tenso cuando llegue el momento de las réplicas de los partidos. Tanto PSPV como Compromís serán esa voz que desde el PP han tratado de silenciar. Su negligencia política silenció 229 voces el 29 de octubre de 2024, pero tanto sus familias como algunos políticos a los que todavía les queda dignidad, no van a permitir que esas voces caigan en el olvido. Son 229 personas las que murieron aquella funesta tarde de octubre, más de 200 familias que viven el horror de esas pérdidas desde aquel día. Pero también son la dignidad, la única dignidad en este asunto. Su voz, mal que le pese al PP, es la voz de todo un pueblo, el valenciano.