Fue el 5 de noviembre de 2011, en el Velódromo sevillano de Dos Hermanas, en la campaña electoral para las elecciones generales que se celebraron días más tarde. Un Alfonso Guerra crecido ante un aforo de 30.000 ciudadanos entusiasmados expresó lo que tantos pensábamos y la derecha intentaba por todos los medios acallar: “43 años esperando la noticia y ahora que ETA es derrotada, nadie habla de ello. La derecha no habla porque no soporta que haya derrotado a ETA un gobierno socialista; no lo pueden soportar (…) Ha habido un hombre que durante ocho años les ha perseguido y está aquí en primera fila: ¡Se llama Alfredo y ha derrotado a ETA!” Así fue, como lo resumió Guerra.

Y así quedará para siempre en la historia. El tesón, la visión política, la tenacidad y la inteligencia de Alfredo Pérez Rubalcaba llevó a que la pesadilla del terrorismo entrase en su recta final hasta desaparecer. Esas palabras del que fue vicepresidente del Gobierno de Felipe González se han multiplicado ahora en las redes sociales, en un video repicado hasta la saciedad desde que se conoció el accidente de salud que se ha llevado a Alfredo.

Ha sido un homenaje póstumo y de reconocimiento a una labor callada y silenciada durante años de manera mezquina por el partido de José María Aznar y sus sucesores que, en efecto, no podían tolerar que el PSOE hubiera acabado con el miedo. Muchas cosas hay para recordar de este buen socialista y gran estadista que nos dejó ayer con muchos cuestiones aún que aportar, en un momento que se antoja esperanzador para la izquierda. 

Entre muchos de mis recuerdos personales, está la reprimenda de Esperanza Aguirre porque, a su juicio, yo escribía al dictado de Rubalcaba. Qué poco conocía Aguirre a Alfredo, que era incapaz de intoxicar a unos de sus amigos periodistas y qué poco me conocía a mí…También bromeábamos sobre nuestras dos pasiones: Alfredo por el Real Madrid y la mía por el Barça. Todo, menos pelearnos.

Consuela pensar que pudo disfrutar de la remontada de su partido en los recién celebrados comicios del 28 de abril y celebrarla con los compañeros. Estoy seguro que confiaba plenamente en que en la próxima cita con las urnas, España se teñiría de progresismo en municipios, en autonomías y más lejos aún, en Europa, aportando la visión de bienestar social por la que había luchado durante tantos años. Otras veces, también, Margarita Sáenz-Diez asistió como periodista a algunas de las derrotas de su partido, que Alfredo procuraba tomarse con filosofía.

Ostentó los cargos más decisivos en sucesivos Gobiernos, con especial mención a la cartera de Interior en los peores años posibles, y fue crucial en la secretaría general del PSOE cuando las cosas se complicaron. Tras una carrera política de tan alto nivel regresó, cuando lo consideró pertinente, a su plaza de profesor en el Departamento de Química Orgánica I de la Universidad Complutense de Madrid sin innecesarios ruidos y con su habitual discreción. 

Se llama Alfredo, derrotó a la intolerancia y trazó la senda para nuestra imprescindible convivencia.  Era socialista.

Enric Sopena es Presidente ad Meritum y fundador de ElPlural.com