El cambio más relevante que está experimentando la Humanidad en términos de civilización tiene que ver con el proceso irreversible de igualdad entre los hombres y las mujeres. Ni el fenómeno de la globalización ni las grandes transformaciones económicas, demográficas o geoestratégicas de nuestro tiempo, tienen la dimensión de aquel cambio. Cualitativamente está relacionado con el ejercicio de los derechos humanos más básicos, y cuantitativamente afecta nada menos que a la mitad de nuestra especie. En clave temporal, estamos hablando del cambio de un paradigma patriarcal que proviene del origen mismo de las relaciones entre los seres humanos, en los primeros estadios de la prehistoria.
La izquierda política celebra muy especialmente en torno al 8 de marzo la reivindicación de la igualdad entre los hombres y las mujeres en todo el mundo. Se trata de una batalla política extraordinariamente motivadora, porque si el primer objetivo de la izquierda es la consecución de una sociedad más igualitaria, no existe propósito igualador más decisivo que aquel que sitúa a las mujeres en las mismas condiciones que los hombres.
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La izquierda política celebra muy especialmente en torno al 8 de marzo la reivindicación de la igualdad entre los hombres y las mujeres en todo el mundo. Se trata de una batalla política extraordinariamente motivadora, porque si el primer objetivo de la izquierda es la consecución de una sociedad más igualitaria, no existe propósito igualador más decisivo que aquel que sitúa a las mujeres en las mismas condiciones que los hombres.
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