Hoy, el verdadero color que predomina en la industria textil es el negro-polución: el sector produce 80 mil millones de prendas al año con un gran impacto medioambiental por su demanda de agua, energía, el uso de productos químicos… Y frente a la apisonadora de las grandes cadenas, la valentía y la resistencia de empresas como la firma Mipoppins. Aquella icónica niñera con la que todo era posible ha servido de inspiración para fabricar bolsos con un doble objetivo: ser funcionales y sostenibles. Hablamos con Clara Aceves, cofundadora de la marca.
¿Cómo se creó la empresa? Mipoppins lo formamos tres personas, cada una con un perfil muy diferente y complementario. Una es la mente creativa, otra es la financiera y yo soy la ejecutora. Nuestro proyecto nos ilusiona y nos representa porque creemos firmemente que el futuro será sostenible o no será. Es importante para nosotros demostrar que otra forma de hacer las cosas es posible. Las empresas deben asumir su responsabilidad tanto medioambiental como social, el futuro son las empresas triple balance, avanzar sin que nadie se quede atrás y con un modelo regenerativo para nuestro planeta.
¿Por qué el nombre tan divertido de Mipoppins? Es un homenaje a Mary Poppins. Una referencia a su bolso mágico, del que sacaba hasta un perchero. En nuestros bolsos también caben todas tus historias, todos tus objetos y también todas las aventuras que representa cada uno de ellos. Al fin y al cabo, el bolso es un accesorio que nos acompaña en nuestro día a día y su contenido dice mucho de nosotras, de nuestros gustos, de nuestro estilo de vida, de nuestra historia. Además, Mary Poppins es un personaje que nos encanta desde pequeñas.
En muchos de los productos enfocados a un público femenino prima la belleza exterior y la utilidad pasa a un segundo plano”
Uno de los objetivos de la empresa era que podamos mantener el bolso organizado, ¿no? El objetivo principal es hacer bolsos diseñados para encontrar las cosas a la primera. ¿Te ha pasado alguna vez que llegas a la puerta de casa y no consigues encontrar las llaves? Sabes que están ahí, pero se empeñan en jugar al escondite contigo. A nosotras sí, y de esa anécdota nació la idea de Mipoppins. Un imán nada más abrir la cremallera permite tener localizadas las llaves en todo momento, un elástico en el fondo para la tarjeta transporte evita tener que sacarla cada vez que se usa el transporte público o un apartado específico para un libro, gafas o una botella son algunas de las peculiaridades del interior de los bolsos Mipoppins. Una vez elegido el diseño teníamos muy claro que nuestro proyecto tenía que tener un impacto positivo, tanto ambiental como social.
En la moda femenina, ¿ha primado más la estética sobre la utilidad? Sí, desde luego. En el mundo de la moda femenina, mucho más. Creemos en el diseño, que no es temporal, como lo es la moda. Precisamente la anécdota de las llaves de Schrödinger (que estaban y no estaban en el bolso al mismo tiempo) nos sirvió para darnos cuenta de esto, de que los bolsos tienden a ser muy bonitos por fuera, pero les falta diseño interior. Y no se trata solo de los bolsos, en muchos de los productos enfocados a un público femenino prima la belleza exterior y la utilidad pasa a un segundo plano.
La industria textil es, después de la del petróleo, la más contaminante de nuestro planeta”
¿No les dio respeto meterse en una industria como la de la moda, donde las grandes cadenas están tan presentes? La industria textil es, después de la del petróleo, la más contaminante de nuestro planeta. La mayor parte de la industria de la moda pertenece al fast fashion: ropa muy barata, colecciones semanales, producción deslocalizada, falta de transparencia y explotación laboral. Mipoppins es diferente: además de ser en una marca de moda ética, quiere convertirse en un motor de cambio social, concienciado sobre producción y consumo responsable. El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 12 de la agenda 2030 está en nuestro ADN.
Se marcaron como principio de la empresa no utilizar materiales de origen animal ni que contaminaran el planeta. ¿Por qué llegaron a la conclusión de que era importante asumir estos principios? Porque creemos que el futuro será sostenible o no será. Buscamos un material que no genere impacto negativo, que no contamine y que en todos sus procesos los salarios sean justos. Por eso descartamos de entrada los materiales típicos para hacer bolsos como el cuero (que implica el uso de animales) y la polipiel (que es un derivado del petróleo).
El material de sus bolsos es Piñatex. Hicimos una búsqueda de materiales no textiles (porque nuestro diseño interior necesita más cuerpo), que fueran sostenibles y veganos. Encontramos el Piñatex y nos encantó. Se trata de un material no tejido elaborado a partir de las fibras de las hojas de la planta de la piña. Estas hojas son un residuo de producción de las piñas, usándolas para elaborar el Piñatex se convierten en una materia prima con un valor añadido. Además es resistente, muy ligero y está desarrollado por una mujer española, Carmen Hijosa. Nos encanta. El forro del bolso, el packaging y las Totebag 2.0 (con cremallera, imán y bolsillo) están hechas con algodón orgánico certificado GOTs.
Colaboramos con dos fundaciones que luchan cada día por mejorar la vida de las mujeres en diferentes lugares, que son Mujeres por África y la Fundación Ana Bella”
Destinan el 5% de sus ingresos a ONG. ¿Cómo las eligen y colaboran con ellas? Actualmente colaboramos con dos fundaciones que luchan cada día por mejorar la vida de las mujeres en diferentes lugares, que son Mujeres por África y la Fundación Ana Bella, cuyo objetivo es empoderar a mujeres supervivientes de violencia machista. Es un principio, nos gustaría colaborar con muchas más.
¿Cuáles son sus best sellers? Los modelos más vendidos han sido: el bolso Beige-dorado, la bandolera azul-plata, y la ToteBag 2.0 con los mensajes “Abajo la dieta ¡arriba las croquetas!” y “No me jodas, Fdo.: el planeta”.
¿Cuál es su preferido? Difícil elegir, yo llevo el Bolso Rojo-plata. Es muy rebelde.
¿Cuál es el retrato robot de su clienta o cliente? Una persona a la que le guste el diseño, comprometida con la sostenibilidad y/o vegana.
[Me gustaría diseñar un bolso] a mujeres que representen los valores de Mipoppins: Emma Watson, Ellen Macarthur, Michelle Obama, Malala (nos encantaría crear una bolso con muchos apartados para libros para ella)…”
¿A quién le gustaría diseñarle un bolso?
A mujeres que representen los valores de Mipoppins: Emma Watson, Ellen Macarthur, Michelle Obama, Malala (nos encantaría crear una bolso con muchos apartados para libros para ella)…
¿Quién los diseña? Los diseñamos nosotras. Toda nuestra producción está hecha en Madrid, en talleres artesanos. En el caso de los bolsos, Jorge, Julio y Carmen los hacen realidad. El packaging de los bolsos es una bolsa de tela de algodón orgánico cosida por Customizando y las ToteBag 2.0 están cosidas por Ellas Lo Bordan, estos talleres trabajan con mujeres en riesgo de exclusión.
¿Con qué dificultades se han encontrado para ponerse en marcha como empresa? La principal dificultad fue tener que aprender todo lo que supone abrir una empresa. Una vez teníamos la idea y las ganas de hacer algo nuestro desde el principio, nos hemos tenido que ir formando en todos los aspectos necesarios para poder hacer realidad el proyecto. Y seguimos aprendiendo cada día.
El green washing no nos vale, sacar una colección de moda sostenible que implique el 2% de la producción sólo nos está diciendo que el 98% es insostenible”.
¿Hay una nueva tendencia a favor de lo artesanal? Creo que hay una tendencia a interesarnos cada vez más por la trazabilidad de lo que compramos, a consumir de una forma más responsable. Es imprescindible diferenciar entre valor y precio. Los productos artesanales, locales, con salarios dignos y de cercanía no pueden compararse con las grandes producciones que escapan a todo control ético.
Y el sector de la moda, ¿está yendo cada vez más a lo sostenible, y no solo por la normativa que nos llega como normativa de la Unión Europea? El sector de la moda ha empezado el camino, pero aún queda mucho por recorrer. Es importante que la legislación acompañe para que las grandes multinacionales puedan hacer una transición real hacia un modelo sostenible y ético en todos los aspectos. El green washing no nos vale, sacar una colección de moda sostenible que implique el 2% de la producción sólo nos está diciendo que el 98% es insostenible, tanto para el planeta como para las condiciones dignas de trabajo. Actualmente cada vez hay más iniciativas de moda ética, cada vez es más sencillo encontrar productos con los que nos sintamos identificados. En un mundo ideal deberíamos comprar solo aquello cuyos valores nos representan.