Unicef lo define como la “paradoja urbana”. Puede que quienes viven en entornos urbanos tengan más recursos y, por tanto, un mejor nivel de vida que quienes habitan el medio rural, pero en el caso de los menores pobres, según la organización, tienen más riesgo de morir si viven en una ciudad.

De acuerdo con el estudio Ventaja o paradoja: el reto para los niños y jóvenes que crecen en ciudades, en uno de cada cuatro países, los niños más pobres del medio urbano tienen más probabilidades de morir antes de cumplir cinco años que los niños más pobres de las zonas rurales, y en uno de cada seis países tienen menos posibilidades de completar la escuela primaria que los de las áreas rurales. Dicho con cifras, 4,3 millones de niños pobres que viven en ciudades tienen más probabilidades de morir antes de su quinto cumpleaños que sus iguales en zonas rurales. Y 13,4 millones de niños pobres en zonas urbanas tienen menos probabilidades de completar la escuela primaria que los del medio rural.

Y es que en las ciudades, la desigualdad, la exclusión y los obstáculos para lograr el bienestar –como las amenazas medioambientales y para la salud- pueden causar privaciones más severas que los de las zonas rurales. Las desigualdades dentro del medio urbano se pueden atribuir a un acceso limitado a servicios esenciales. Por ejemplo, en la mitad de los países analizados por UNICEF, los niños más pobres de las zonas urbanas tienen dos veces menos probabilidades de acceder a servicios de saneamiento básico que los de hogares urbanos más ricos.

El informe calcula que más de 1.000 millones de personas viven en suburbios, cientos de millones de ellas niños. África y Asia se están urbanizando rápidamente, y se estima que en el año 2030 siete de las diez mayores ciudades del mundo estarán en Asia. La población urbana de África es la que crece más rápido, con una tasa anual de crecimiento del 3,7%.