Los jueves entre el 30 de septiembre y el 31 de octubre esperamos en el Teatro del Barrio Estudio Nº13 De Humanorum Stupiditas, una delirante conferencia-concierto-espectáculo, con dirección de Manuel Bonillo, en la que la condición humana estará sujeta a la sarcástica revisión que hace de ella Carlo Maria Cipolla en Las leyes fundamentales de la estupidez humana.

¿Qué pensaría Cipolla si viera su montaje?  

...que no es una estupidez... esperamos

¿Es más grave la estupidez o el coronavirus? 

La estupidez, porque no tiene vacuna y porque no tiene una estructura racional contra la que se puedan establecer defensas.

¿Nos puede dar algunos ejemplos actuales de las consecuencias de la estupidez? 

Cualquier acto que conlleve consecuencias negativas para todos los implicados nos valdría, se me ocurren muchísimos ejemplos: la emergencia climática, la falta de participación en nuestros sistemas políticos, la desmemoria histórica que desde Europa se ejerce sobre el periodo colonial, la asunción del modelo afectivo emocional heterorreproductivo como el universal...

¿Un estúpido nace o se hace? 

Según Cipolla -y con la debida distancia irónica- nace, aunque con el tiempo, por supuesto, se puede ir reforzando o neutralizando el potencial destructivo que viene asociado a la estupidez.

¿Y si somos estúpidos y no nos damos cuenta? ¿Podríamos autolesionarnos? 

Sin duda, ser estúpido -en nuestra versión y la de Cipolla- consiste en llevar a cabo acciones que ocasionen perjuicios a los demás y a uno mismo, así que, sí, sin duda un estúpido merma sus propias potencialidades, en todos los sentidos.

¿Hay mucha estupidez en el sector teatral? 

A esto nos responde la Segunda Ley Fundamental de la estupidez: en el sector teatral existe el mismo número de personas estúpidas que en cualquier otro grupo que se tome como referencia. Número que, según la Primera Ley Fundamental, será siempre mucho más alto de lo estimado.