No soy tu gitana es un monólogo que denuncia los clichés y el racismo contra las mujeres gitanas que ha habido en España en las últimas décadas. La pieza, una producción del Teatro del Barrio que este teatro estrena este 18 de mayo, la escribe y protagoniza la activista Silvia Agüero, y la dirige Nüll García, con trabajo actoral de Pamela Palenciano.
¿De qué fuentes podemos tirar para revisar todo lo que se ha dicho sobre las mujeres gitanas?
Hemos hecho una bibliografía que ha sido fundamental para escribir esta obra: El Pueblo Gitano contra el sistema-mundo, de Pastora Filigrana. ¿Sueño que vivo? Una gitana en Bergen-Belsen,de Ceija Stojka. Homenaje a las víctimas de un proyecto de exterminio. Nunca Más, de Manuel Martínez Martínez. La Mujer Gitana en la historia. Una lección de resistencia (1539-1765), de Manuel Martínez Martínez. Resistencias Gitanas, de Nicolás Jiménez y Silvia Agüero. Sastipen aj Rromá. Desigualdad en salud y comunidad gitana, de Daniel La Parra y Nicolás Jiménez. Revista Pretendemos Gitanizar el mundo. Mi feminismo es gitano, de Silvia Agüero. Calibán y la bruja de Silvia Federici. El documental, de James Baldwin fue una inspiración, y de ahí viene el título de la Obra.
Uno de los mitos de los que habláis es el de Carmen, de Bizet. ¿Cómo influye una ficción como esta en la construcción de la imagen que tenemos de las gitanas?
Es una novela que hipersexualiza a la mujer gitana, la pone como mala e inmoral y una mujer que se merece ser rechazada por cómo es. Y es castigada también por enamorarse y querer irse con un gitano, al final esto responde al racismo antigitano construido sobre la endogamia del Pueblo Gitano, esto de " solo os casáis entre vosotros". Es el modelo universal de la mujer gitana, es falso y es dañino. También es ejemplo de la mujer española y andaluza en el resto del mundo.
También mencionáis a La Gitanilla. ¿En qué medida Cervantes difundió un cliché?
En todas y es el primero. Es la primigenia del antigitanismo en la literatura. La gitanilla es un personaje que creó la mente calenturienta de un payo.
El humor para luchar contra la opresión
En No soy tu gitana utilizáis mucho el humor. ¿Es una manera de acercaros al público?
Sí, y también es parte de nuestra manera de ser y de afrontar nuestras opresiones.
Silvia, ¿cómo es tu relación con el escenario y la interpretación?
Estoy descubriéndolo. Yo no era actriz. Nüll y Pamela me están enseñando a hacerlo. Me estoy haciendo un máster con ellas. Y yo no tengo lache ninguna, que vender en el mercaíllo te da muchas tablas.
Nüll, es tu debut en la dirección escénica. ¿Cómo lo has vivido?
Con mucho disfrute y responsabilidad. He dirigido varios cortos y el salto a la dirección de teatro ha sido natural. Al final es donde más he trabajado como actriz. También me he sentido muy acompañada por mis compañeras de La Extraña Compañía. Dirigir a Silvia ha sido un gusto, aprende rápido y se entrega. Su confianza me ha dado también a mí más confianza. Además de que nos lo hemos pasado muy bien ensayando. Y tener a Pamela al lado ha sido un regalo, un combo muy bueno para darle a Silvia herramientas para llegar a lugares como actriz que eran complicados. En cuanto a la puesta en escena, lo complicado fue llegar a una propuesta clara de cómo queríamos contar esta historia, desde qué lugar para que llegase a un público amplio con humor, amor y espíritu crítico. Al final, ir a la esencia del teatro, de la transmisión oral de historias, desde un lugar cercano, como de patio de vecinas, fue la clave. Una vez que lo encontramos, trabajarla con el equipo ha sido sencillo y bonito.
Pamela, vienes de vivir un éxito de años con tu monólogo No sólo duelen los golpes. ¿Crees en el teatro como lugar para hacernos más tolerantes?
Creo en el teatro como un lugar para contar nuestras historias y denunciar las opresiones que nos afectan. Creo en el teatro como un espacio de profundo accionar político para la transformación social. Nuestra herramienta es el cuerpo y nuestro combustible las emociones. Podemos contar cómo nos atraviesa el Sistema desde nosotras y, seguro, esto será un espejo para el público en donde se verá representado o donde se verá interpelado. Estar en este proyecto ha sido un regalo de aprendizaje de la memoria colectiva de las mujeres gitanas y al lado de dos grandes mujeres como Silvia y Nüll. Vemos a través de Silvia una buena parte de la historia de este país que nunca quisimos ver… ¡Y la vemos en una sala de teatro!
"Preferimos que se nos llame Pueblo Gitano"
¿Somos conscientes del racismo que tenemos contra la población gitana en la sociedad española, y en particular contra la mujer?
Preferimos que se nos llame Pueblo Gitano. No hay nada de consciencia. La banalización del antigitanismo es parte de la opresión. La comisión contra el racismo y la intolerancia dice en su recomendación número 13 (Ecri 13) que el Antigitanismo es uno de los Racismo más Banalizados, persistentes y violentos. A la vista está, por ejemplo, la muerte de Eleazar García, un claro ejemplo de Antigitanismo Institucional. Precisamente, porque en la recomendación de la Ecri dice esto mismo: que es, sobre todo, un tipo de racismo institucional. Las mujeres gitanas sufrimos una intersección de opresiones que es múltiple y no doble, porque nos afecta el machismo de muchas maneras en nuestra vida (empleo, vivienda, sueldos, violaciones, maltrato…) y, además, el racismo antigitano de otras muchas (vivienda otra vez, pobreza, esperanza de vida menor). Todavía no sé si esto es peor en las mujeres gitanas que en los hombres gitanos, porque ellos sufren violencia física y psicológica en las paradas de perfil racial por parte de la institución policial. De hecho, son los más parados.
¿De qué manera se podría mejorar la situación de la población gitana desde el punto de vista institucional?
Reitero lo de que mejor se nos nombre como Pueblo Gitano, con mayúsculas, al igual que pondríamos, Ciudad Real o Comunidad de Madrid. Para empezar, el Pueblo Gitano no es reconocido en la Constitución Española. A partir de ahí, todo mal. Ni nuestro idioma, a pesar de sufrir un epistemicidio y un intento de exterminio por parte del Reino de España. Las políticas de integración que se han venido desarrollando no funcionan, no tienen una dotación económica suficiente y además son creadas y aplicadas en su mayoría por organizaciones payas, sin contar nunca con organizaciones gitanas genuinas que no tengan un fin de lucro y, además, que tengan una conciencia y una mirada crítica.