Y tú que piensas que el control del individuo gracias a la tecnología es exagerado. Que la privacidad y la intimidad son cosas del pasado. Que los gobiernos y las empresas nos espían. Pues tranquilo. Todavía puede ser peor. Ahora pueden ponerte un chip para ver qué haces, con quién y cuándo.

Un chip bajo la piel

Si te parece distopía y paranoia, atiende. Una empresa sueca ha ofrecido a sus empleado implantarse un chip subcutáneo. Un dispositivo del tamaño de un grano de arroz. Algo parecido a lo que se les pone a las mascotas, vamos. Se trata de la empresa tecnológica Epicenter de Estocolmo. Lo de tecnológica quizá sobre decirlo. Y quizá también, sea todo un nuevo ardid publicitario para dar a conocer a la compañía y sus fantásticos servicios.

Un mundo de comodidad

Lo mejor de todo es que, claro, los responsables de Epicenter aducen que el chip que pretenden implantar en sus empleados, es por su propia comodidad. Decir los contrario habría sido, cuando menos, audaz. Así, cuando vayan a trabajar no tendrán que identificarse en el acceso. Que se les abrirán las puertas automáticas con tan solo acercarse. Que las impresoras se activarán en cuanto les detecten. Una locura de simplicidad. El CEO de la compañía lo tiene claro. “Son todo beneficios”, asegura. “Así nuestros chicos podrán desprenderse de otros elementos molestos como tarjetas de acceso e identificación, llaves, etc”. Visto así, no sé cómo no se nos había ocurrido antes.

La cara b

De la cara b de llevar un chip inserto bajo la piel no hablan. Es como eso de cuando la empresa te paga la sanidad o te entrega vales de comida. Que tú piensas “wooow, qué generosos”… y poco después caes en la cuenta de que es más complicado obtener bajas cuando estas enfermo. O que gastas los tickets de comida en las cenas rápidas que haces delante del ordenador cuando día tras día sales de madrugada de trabajar.