Si no lo hacen ellos, tendremos que hacerlo nosotros. Esta claro que ya no podemos esperar más. No podemos dejar ni un minuto más la decisión en gobiernos e instituciones. Porque ellos parece que no lo van a hacer. Es cosa nuestra. El compromiso con al energía limpia, con detener el cambio climático debe ser individual. Si vives cerca de un río, una turbina puede ayudarte a no contaminar. Y a no pagar nunca más por tu electricidad.

Turbina de río

Se trata de un ingenio diseñado por la compañía canadiense Idénergie. El principio de funcionamiento es similar al de las grandes turbinas que generan energía en las centrales hidroeléctricas. El dispositivo, provisto de aspas, se instala en un río. La corriente de agua mueve las hélices y de este modo se genera energía. La turbina autónoma tiene un tamaño aproximado de metro y medio. Aunque para su instalación son necesarias al menos tres personas, puede ubicarse casi en cualquier corriente. Pero una vez colocada funciona día y noche, tal y como fluye el agua de un río.

Energía para una casa

Con ese impulso es capaz de generar hasta 12 kWh al día. Lo suficiente para mantener las necesidades de energía eléctrica de un hogar normal. Sin ruido, sin consumir combustible ni emitir absolutamente ningún gas a la atmósfera. Además, varias turbinas puedes ser instaladas en la misma sección de un río para funcionar como un sistema conjunto de modo que se genere más energía. Los creadores del sistema aseguran que las hélices permiten el paso de los peces y que no dañan ni afectan en modo alguno al ecosistema. Además, sus componentes están especialmente diseñados para evitar la degradación y la erosión, de manera que requiera un muy poco mantenimiento, con lo que tampoco se intervienen sobre el río más de lo necesario para su colocación. Es cierto que es un sistema ideal para un país como Canadá con una rica red fluvial de poderosos caudales. Pero también puede tomarse como una muestra de lo que cada uno puede hacer. Con sistemas así, con placas solares en cada casa, con sistemas de almacenamiento o baterías domésticas. Está claro que el paradigma energético ha de cambiar. Y que la fuerza y determinación del individuo es vital en esa transformación.