Julio López Díaz, ha hecho estos números: Si tomamos como referencia el salario mínimo interprofesional en España para 2017, que está en 707 euros al mes ó 9.906 euros al año, y las personas mayores de 18 años que pueden estar en los 38.000.000, la partida destinada a la renta universal se acerca a los 375.000 millones, lo que supone un déficit de 200.000 millones respecto al modelo actual.

La sanidad y la educación dejarían de ser gratuitas

Tenemos que tener en cuenta, que tenemos aparte Sanidad (75.000 millones) y Educación (45.000 millones). Si vamos a un modelo en el que la Sanidad y la Educación dejaran de ser gratuitas, tras recibir esa renta cada individuo mayor de 18 años, el déficit todavía sería de unos 80.000 millones de euros, que tendrían que salir de algún sitio. Si se conservara el importe de las pensiones actuales (la mayoría por encima del salario mínimo), el déficit volvería a aumentar claramente por encima de los 100.000 millones.

El mundo cambiaría sustancialmente

Obviamente, hay números que se podrían hacer que son difíciles de plasmar. No sabemos el incremento de producción que puede dar toda esa gente que saldría del mercado laboral actual y que está dedicado a las tareas más rutinarias y repetitivas que generan poco valor añadido, y del incremento de productividad que puede venir de un mayor tiempo dedicado al ocio y la creatividad. También es difícil de evaluar, si a mayor dinero por persona se reducirían otros gastos, como los derivados de combatir la pobreza o todos los relativos a la seguridad ciudadana. En cualquier caso, parece que todos estos casos reducirían ese déficit numérico del que partimos. Tampoco hay que olvidar, que la recaudación de las personas físicas y de sociedades ascendió a 95.000 millones de euros en 2016, siendo la parte mollar (72.000 millones) lo recaudado en IRPF. En resumen, que pienso que de una forma u otra debería implantarse, pero no me salen los números.

Anécdota sobre la renta básica universal

En el despacho de John D. Rockefeller, se presentó un día un perturbado mental, que poniéndole una pistola en el pecho, gritó: -¡Llegó la hora…! ¡Tiene que repartir toda su fortuna entre la humanidad! Conservando la calma, apartó Rockefeller la pistola y se puso a hacer una operación aritmética. Al terminarla, le dijo al loco. – Ya sabe que mi fortuna es de 2.000 millones de dólares, y que los habitantes del mundo son aproximadamente 1.800 millones. Tocamos a un dólar y doce centavos cada uno. Tenga, pues, lo que le corresponde y déjeme seguir trabajando.