No es la primera vez que se hace, pero no deja de ser una buena idea restarle solemnidad y desmontar tópicos a los cuentos de toda la vida, e insuflarles un poco de sentido del humor, bastante ironía y contexto del siglo XXI.
Por ejemplo, ¿por qué no convertir a Ricitos de Oro en una agente especial? Curiosidad no le falta. Eso pensó El Hematocrítico, crítico de cine, de arte, bloguero, afamado tuitero, autor de simpáticos libros (como Drama en el portal o Feliz Feroz, este último dedicado al lobo feroz, némesis de Caperucita) y profesor Educación Infantil, Inglés y Primaria. Y lo ha plasmado en un cuento publicado con Anaya, Agente Ricitos, con ilustraciones de Alberto Vázquez, ganador de un Goya al Mejor Corto de Animación.