Son los reyes del chiringuito: el polo de hielo de fresa, limón, nata… Y a todos nos ha pasado, a veces se nos pegan a la lengua. Se debe a que la superficie de ésta, por la humedad, se está congelando, formando una película de hielo que la une al polo. Esto sucede porque nuestro cuerpo no es capaz de reponer el calor en los poros de nuestra lengua tan rápido como lo extrae el hielo. Ocurre lo mismo con cualquier superficie que tenga más frío que el calor que emanamos de la lengua, como una barra metálica fría. Se forman pequeños cristales en la lengua. Lo ideal es echar un poco de agua templada, o no tomarse el polo demasiado frío.