El consenso científico dice que un meteorito gigante que impactó sobre la Tierra hace 66 millones de años dejó a su paso toneladas de polvo y bloqueó la luz del sol, provocando así un enfriamiento global y una pérdida masiva de vegetación, que aniquiló a las especies de dinosaurios herbívoros y con ellas a los depredadores que se alimentaban de ellos. Pocos atisbos nos han quedado de ellos en la tierra, sí algunos huesos y algunas huellas. La mayor corresponde a un pie de dinosaurio de casi un metro de ancho encontrado, que encontró en 1998 una expedición de la Universidad de Kansas en una región montañosa del noroeste de Estados Unidos, que, según una investigación reciente, es el más grande descubierto hasta la fecha.

El hallazgo de fragmentos de huesos de ese pie se produjo durante una excavación en la región conocida como Black Hills, una zona montañosa del oeste de Dakota del Sur y el noreste de Wyoming. El equipo expedicionario se dio cuenta enseguida de que pertenecía al pie de un animal extremadamente grande, y lo apodaron “Bigfoot”. Desde entonces, un equipo internacional de investigadores de Estados Unidos, Suiza y Alemania ha invertido horas y días en investigar a ese extraordinario animal, y han detectado que se asemeja mucho a un Brachiosaurus, un dinosaurio saurópodo de gran tamaño, cuello muy largo y cráneo pequeño que vivió durante el Jurásico superior.

Los investigadores usaron el escáner en 3D y medidas detalladas para comparar el pie de “Bigfoot” con los de diferentes tipos de saurópodos y constataron que era inusualmente grande. Esas comparaciones les han permitido afirmar que el de “Bigfoot” es el pie de dinosaurio más grande descubierto hasta la fecha y confirmar, por otro lado, que los Brachiosaurus habitaron hace 150 millones de años una gran área de Estados Unidos que abarca desde el este de Utah hasta el noroeste de Wyoming.