Puedes haber probado muchas drogas. Haber bebido mucho alcohol. Puedes haber comido los mejores manjares. Pero no te engañes. No hay nada como el sexo. Vamos a ser sinceros. Es lo que mejor te hace sentir, lo que mejor recuerdo te deja y lo que hace tu cerebro funcionar.

Sexo en mayores

No es que sea solo una cuestión lógica. Es que los científicos están de acuerdo. Ahora le han puesto su toque de investigación. En concreto, han sido profesionales de la Universidad de Coventry y de Oxford, ambas en Gran Bretaña. Estos investigadores han estudiado el efecto del sexo en mayores. En esas personas que, en principio, tienen más comprometidas algunas funciones cerebrales a causa de la edad. Para ello eligieron a 73 personas de entre 50 y 83 años. Y que nadie se vuelva loco. Lo que hicieron fue proponerles contestar un cuestionario.
En el cuestionario, así como bastante personal, les preguntaban sobre la frecuencia de sus relaciones sexuales. Pero todo en el nombre de la ciencia, claro. Para disimular, les preguntaron por otras facetas de su salud y hábitos.

Mejores habilidades

Una vez con las respuestas, todo lo que no tenía que ver con el sexo fue desechado. Al fin y al cabo era solo un truco. Y pasaron a la siguiente fase. Agarraron a los sujetos de estudio y les sometieron a una serie de test estandarizados. Básicamente comprobar sus reflejos, capacidad de atención, memoria y habilidades con el lenguaje, cognoscitivas y verbales.
Pues bien, resulta que aquellos que confesaron tener relaciones sexuales semanalmente alcanzaron los mejores resultados en las pruebas físicas.
Las pruebas en las que obtuvieron mejores resultados fueron las relativas a las habilidades verbales y cognoscitivas. Sin embargo, otros aspectos como el lenguaje, la memoria o la atención no estaban influidas por una mayor actividad sexual. Como siempre, el trabajo de los científicos no es una cosa vacía y, en este caso, procaz. Lo que buscaban era la relación con ciertas hormonas, segregadas durante el acto sexual, con la conservación de la actividad cerebral. Y a partir de ahí, la posibilidad de elaborar fármacos y terapias que contribuyan a mejorar las condiciones de los mayores.