El de los niños soldados es un drama común, en algunas zonas de Iberoamérica, Asia y sobre todo en África. En el norte de Uganda, por ejemplo, quedan ahora unos 1.500 porque en 2007 hubo una ley de amnistía y muchos depusieron las armas. Pero hay menores en las filas de grupos terroristas en Sudán del Sur, República Democrática del Congo o República Centroafricana. Más de 250.000 niños y niñas han sido reclutados o utilizados en los últimos años por grupos armados. UNICEF ha expresado evidencias de que 12 países utilizaron niños soldado, a menudo a escala masiva. En algunos casos, las niñas representaban el 40% del total de menores reclutados. Desde 2001, casi 95.000 ex niños soldado han participado en programas de reintegración.

Falta de seguridad, sentimiento de pertenencia

Sin embargo, es ingenuo pensar que los niños y jóvenes que se unen a grupos terroristas lo hacen motivados por alguna ideología. Es más, entenderlo así puede resultar contraproducente en las políticas y los programas de lucha contra esta lacra, y así lo ha expresado en el estudio Children and extreme violence de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU), que este centro ha realizado en colaboración con UNICEF, el Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz (DPKO) y los gobiernos de Luxemburgo y Suiza. El estudio analiza varios casos de conflicto: por un lado, Siria e Irak, como dos escenarios bélicos con características similares. Por otro, Mali y Nigeria, también con rasgos comunes entre sí. La investigación concluye que la ideología a menudo se entrelaza con otros factores importantes cuando un niño se ve abocado a enrolarse en grupos armados como Boko Haram y El ISIS. Las carencias de seguridad física y alimentaria, incentivos financieros, coacción o la manipulación sobre jóvenes con problemas de integración o que proceden de entornos en los que sus familias han sido masacradas o quedado disueltas por los conflictos armados; a ellos, el grupo ofrece una falsa red de protección e identidad, acorralarían también a los jóvenes hacia estas peligrosas tramas.

Los Principios de París como guía

La línea internacional que se sigue actualmente en la lucha contra el problema de los niños soldado es el de los Principios de París, liderado por UNICEF, junto con otros organismos. Los principios de basan en evaluaciones de programas de desmovilización y reintegración, y se asientan sobre tres pilares: la liberación, pues se entiende que el reclutamiento ilegal de niños es una violación inaceptable de sus derechos; la reintegración, se entiende que encontrar el lugar de los niños soldado en la sociedad es un deber, una emergencia y una cuestión de interés general; y el establecimiento de estrategias de futuro, que pasan por programas orientados a esta infancia afectada por conflictos armados que han de fomentar un ambiente más protector para los niños y niñas, proveerles de oportunidades socioeconómicas reales y disminuir el atractivo económico y social que las fuerzas y grupos armados pueden tener.