Hace años, el teléfono no nos duraba solo un par de años, y varias generaciones de una familia utilizaba durante varias décadas una misma longeva lavadora, frigorífico u otros electrodomésticos. El cambio se debe a la obsolescencia programada, y el Parlamento Europeo ha pedido a la Comisión que trabaje junto con las marcas que operan en el mercado electrónico e informático europeo (como móviles, ordenadores o electrodomésticos) para garantizar a los consumidores que podrán reparar sus dispositivos de forma sencilla en cualquier proveedor, y no solo en aquellos que dispongan las empresas.Además, el parlamento también ha incluido en la exposición de su petición su deseo de que los fabricantes permitan extraer y cambiar de forma sencilla las baterías de los productos electrónicos, una recomendación para crear una etiqueta europea que identifique productos de fácil reparación o la ampliación de los periodos de garantía si los productos pasan más de un mes en el taller.En el texto que ha aprobado la Eurocámara se plantean también incentivos fiscales para todos aquellos productos duraderos y de calidad que, además, sean fácilmente reparables. La Eurocámara aboga también por desarrollar un sistema para analizar productos y detectar su obsolescencia programada.
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