Nos gusta pensar que comer una ensalada nos va a quitar los michelines, y que subiendo las escaleras hasta la oficina nos vamos a poner en forma. Así que cuando nos enfrentamos a una sequía nuestra primera reacción es señalar a algo que utiliza una gran cantidad de agua y pensar que con atacarlo vamos a arreglar todo sin más ayuda. El trasvase del rio Tajo-Segura, el Fracking, cerrar el grifo mientras te limpias los dientes, etc… y no está mal ver como estos temas pueden influir en la sequía, pero igualmente sería importante ver como otros aspectos del día a día tienen un impacto muy notable en el consumo de agua. Por ejemplo, las almendras. Las almendras son amargas y piensas que sólo porque a los anacardos les pareció bien invitarlas a los cuencos de frutos secos, que se pueden meter como si esto fuera gratis. Y luego se nos dice que se necesitan 25 litros de agua para cultivar una sola almendra ¡Toma ya! Lo mismo pasa con un filete de carne. ¿Sabes cuánta agua necesitas para que ese jugoso filete que te acabas de comer o que vas a comer llegue a tu plato? Pues calcula que son unos 1.600 litros de agua. 1 filete de carne de 100 gramos. ¿Por qué? Básicamente esa vaca tiene que beber todos los días y alimentarse de comida para generar esa carne. Todo esa agua que se necesita para producir a esa vaca durante esos años, es un tema que deberías analizar antes de pensar que el problema es (solo) de los políticos. Y si piensas en una hamburguesa, 2.400 litros de agua. Y se supone que el consumo de agua medio en España es de 144 litros por habitante. Educar y movilizar a todos los miembros de la sociedad en el uso inteligente del agua es complicado. Apuntando a una única industria y gritando contra ella como si fuera la única causa del problema es la manera fácil. Ya sabes, aquí te queremos retar a pensar diferente.