Está en nuestra naturaleza. Ya lo estamos intentado con insectos, por qué no con peces. Si a este paso habremos acabado con los peces en unos años, nada mejor que crear nuestros propios habitantes marinos sintéticos. No son tan bonitos pero nadan parecido.

Nada como un pez

Es el ingenio que acaba de presentar el Instituto Tecnológico de Massachusetts (sí, eso, el MIT). Un artilugio mecánico que se mueve como un pez, nada como un pez y explora los fondos como un pez, pero en realidad es un robot. SoFi, como se llama la criatura, es el resultado de complejos proyectos tecnológicos. El principal de ellos es el que se ha dedicado a estudiar la forma que tienen los peces de avanzar en el agua y que varía en función de las especies. Los peces como tan se mueve con ondulaciones horizontales y los cetáceos con un baile verticales.

Tecnología de móvil

El ingenio del MIT es de la primera especie. Su misión es justamente garantizar que los hábitats marinos estén lo más limpios posibles. SoFi rastrea y analiza el agua y los fondos de los entornos en los que nada. La ventaja que presenta ante los anteriores métodos es que no necesita salir a respirar y toma imágenes y graba vídeos a alta resolución. Con una forma más o menos de pez, de color blanco, con un peso alredor del kilo y medio y una longitud de 50 centímetros, el robot imita el comportamiento de cualquier animal acuático. No es el primer ingenio que explora las profundidades, pero sí uno de los primeros en utilizar mucha de la tecnología que por ejemplo cargamos en nuestros móviles. Esto le permite ser mucho más ligero, moverse a mayor velocidad y obtener imágenes a mayor resolución que sus antecesores. También se han empleado avances como la impresión 3D y los materiales más innovadores en sus construcción.