Según un estudio firmado al alimón por dos investigadores franceses, Joel Guiot, de la Universidad de Aix-Marsella, y Wolfgang Cramer, del Instituto Mediterráneo para la Biodiversidad y Ecología (IMBE), en el siglo XXII, el sur de la Península Ibérica y las Islas Baleares podrían convertirse en un desierto, por la desaparición de la vegetación mediterránea a causa del aumento de emisiones de carbono.
El trabajo, publicado en la revista Science, ha utilizado datos históricos y modelos informáticos para predecir el posible impacto del cambio climático en la región mediterránea. Han examinando los cambios en el entorno del Mediterráneo experimentados durante los últimos 10.000 años, utilizando los registros de polen para medir el efecto que las temperaturas tuvieron sobre la vida vegetal.
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