También El Nilo, uno de los mayores y más simbólicos ríos de la Tierra, sufre los efectos del cambio climático, con una variación del volumen de su corriente, lo que afecta a las comunidades que necesitan de su caudal para su suministro de agua. La emisión de dióxido de carbono a la atmósfera influye de manera negativa en la corriente de este río, del cual dependen 11 países y más de 400 millones de personas.
Un nuevo estudio, publicado en Nature Climate Change, muestra su comportamiento cada vez más impredecible. Según la investigación, la variación de su corriente está llegando al 50%. Esto significa corrientes de entre 70 a 100 kilómetros cúbicos de agua por año, con más años con devastadoras inundaciones o asoladoras sequias.
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