El legado más importante de Félix Rodríguez de la Fuente, más allá de transmitir a una generación el amor por la naturaleza, fue sentar el trinomio de animales que mejor representaban la fauna ibérica: el lince, el lobo y el águila imperial. Mientras que al primero parece costarle cada vez más mantener su población, el segundo se encuentra en serios problemas con los ganaderos y cazadores furtivos, al menos hay buenas noticias respecto al último de ellos.

14 pollos

La población de águila imperial en el Espacio Nacional de Doñana se ha recuperado hasta alcanzar un número de ejemplares igual al que había en 1990. En la temporada 2015-2016, los responsables de conservación de Doñana han contabilizado hasta 14 pollos de esta rapaz, lo que supone un importante aumento respecto al año anterior cuando se contaron 9 pollos, crías de cinco de las diez parejas reproductoras, tal y como recoge la Memoria de Actividades y resultados del Espacio Natural.

Una tendencia positiva

La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía ha calificado 2015 como un “excelente año de cría” y destaca, sobre todo, que se haya recuperado la tendencia positiva que se estancó el pasado año. En total, en Doñana viven 102 parejas de águila imperial, un dato muy relevante si se tiene en cuanta que el total de parejas reproductoras de la especie en todo el mundo no supera las 500.

Peligro de electrocución

La electrocución de los ejemplares jóvenes en los tendidos eléctricos y la reducción drástica de la población de conejos, su principal presa, a causa de la mixomatosis pusieron el altísimo riesgo a esta especie durante los años ochenta. Hasta el 80% de las águilas de primer año morían a causa de las líneas de alta tensión. La implicación de las compañías eléctricas, que comenzaron a proteger los tendidos y el trabajo de los biólogos de la Estación Biológica de Doñana, dependiente del CSIC, han logrado reducir hasta en un 82% la muerte de águilas por electrocución.