Otro nuevo récord en el marcador del cambio climático. Las temperaturas, el nivel de las aguas, las emisiones de gases de efecto invernadero, el retroceso de los glaciares, sequías e inundaciones alcanzaron nuevos topes el año pasado, haciendo de 2015 el peor año de la historia en estos indicadores clave. Así lo muestra el informe anual sobre el Estado del Clima (State of the Climate), que han elaborado 450 científicos. El fenómeno meteorológico El Niño, particularmente devastador en 2015, fue clave en esos elevados datos. Quince de los 16 años más cálidos se han registrado en este siglo, pero lo del pasado año es de marca, ya que se han alcanzado temperaturas más elevadas que las máximas de 2014. El período 2011-2015 ha sido el quinquenio más cálido del que se tengan registros. En cuanto a temperatura, el registro de 2015 no sólo ha superado el anterior récord, lo ha pulverizado. El dato ha rebasado la marca de 2014 en 0,16ºC, y dejando el incremento en 0,9ºC sobre la media del siglo XX, lo que supone un enorme salto tratándose de registros globales que sólo tiene un precedente similar en el salto entre 1997 y 1998, cuando la diferencia fue de 0,12ºC. Por primera vez hemos alcanzado el umbral de 1 °C por encima de las temperaturas preindustriales, según la Organización Meteorológica Mundial. También fueron exacerbadas las concentraciones de tres de los principales gases que provocan el efecto invernadero, el dióxido de carbono (CO2), el metano y el protóxido de nitrógeno. Así, en Hawai, en el volcán de Mauna Loa, la concentración de dióxido de carbono registró en promedio anual el mayor aumento desde el inicio del relevamiento de datos hace 50 años.

Un nivel de aguas sin precedentes desde 1993

En cuanto al nivel de las aguas, alcanzó su nivel más alto, con unos 70 milímetros más que el promedio registrado en 1993. El nivel de las aguas sube gradualmente en la Tierra, con un avance de unos 3,3 milímetros por año, pero el aumento es más rápido en ciertos puntos del Pacífico y del Océano Índico. Para colmo, este fenómeno podría acelerarse en las próximas décadas, a medida que los glaciares  se derritan, toda una amenaza para la vida de millones de habitantes de las costas. El año 2015 también marcó una temporada de lluvias más abundantes que el promedio, provocando graves inundaciones, así como severas sequías, que afectaron superficies casi dos veces superiores a las de 2014. El Ártico, una zona particularmente sensible al cambio climático, continuó recalentándose.