Doblando el consumo de frutas, vegetales, legumbres y frutos secos, y reduciendo al menos a la mitad la ingesta de alimentos poco saludables, como la carne roja y el azúcar, se podrían evitar 11 millones de muertes prematuras al año por la mala alimentación, se reducirían las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático y se preservaría la biodiversidad del planeta. Un grupo de 37 científicos de 16 países ha diseñado durante dos años, una dieta que tendría que adaptarse a las características de cada región, y que se ha publicado ahora en la revista The Lancet.

El artículo incluye incluso las cantidades medias de alimentos que se podrían tomar al día para seguir esta dieta saludable. Para una ingesta de 2.500 calorías, las cantidades serían estas:

  • Verduras: 300 gramos
  • Cereales (arroz, trigo, maíz, etc...): 232 gramos
  • Fruta: 200 gramos
  • Patata: 50 gramos
  • Leche y lácteos: 250 gramos
  • Legumbres: 75 gramos
  • Frutos secos: 50 gramos
  • Carne roja: 14 gramos 
  • Pollo y otras carnes de ave: 29 gramos
  • Pescado: 28 gramos
  • Huevos: 13 gramos
  • Grasas: 51,8 gramos (40 gramos de grasas no saturadas)
  • Azúcar y otros edulcorantes: 31 gramos

La relevancia de esta dieta es obvia si atendemos a la advertencia de los expertos que señalan que, para 2050, la población mundial será de 10.000 millones de personas. Y alimentar a esta población de forma sana y sostenible será imposible sin una transformación de los hábitos alimenticios y la mejora de la producción