Hace ya tiempo que la ONU viene celebrando cumbres medioambientales de distinta naturaleza para deliberar sobre la situación crítica que vive el planeta a causa del cambio climático. Ayer, en el marco de la IV Asamblea de Medio Ambiente de las Naciones Unidas (UNEA-4) que se celebra esta semana en Nairobi, la organización presentó la sexta edición del Informe Mundial de Medioambiente, que han realizado 250 expertos de más de 70 países.

Su contenido se puede resumir en cinco claves:

1. Muerte prematura por contaminación del aire: la contaminación seguirá provocando la muerte prematura de entre 4,5 y 7 millones de personas cada año hasta 2050. Actualmente, el fenómeno causa ya de 6 a 7 millones de muertes prematuras, sobre todo en África, Asia y Oriente Medio. Las personas muy mayores o muy jóvenes, sobre todo aquellas con enfermedades cardiorespiratorias o con un bajo nivel económico, son y seguirán siendo especialmente vulnerables a esta amenaza.

2. La resistencia a los antibióticos será la primera causa de muerte en el mundo hasta 2050. Los microorganismos, como bacterias, virus y algunos parásitos, podrán evitar el efecto de antimicrobianos (antibióticos, antivirales o antimaláricos), y eso facilitará que las infecciones se expandan en la población.

3. Los “disruptores endocrinos” sustancias externas al cuerpo que alteran las funciones del sistema hormonal, inhibiéndolo o estimulándolo, y están presentes en muchos productos químicos, alterarán la fertilidad de hombres y mujeres y el desarrollo neurológico de los menores.

4. Una disminución del consumo de carne y del desperdicio alimentario reducirá un 50 por ciento la necesidad de producir alimentos. Se espera que esa menor necesidad de producir alimentos afecte a los más de 9.000 millones de habitantes que se calcula que habrá en el mundo en 2050. De acuerdo con el informe. el 33 % de los alimentos van a la basura en los países desarrollados.

5. Resulta urgente un acuerdo global para reducir los ocho millones de toneladas de plástico arrojadas cada año a los océanos. Aunque los datos sobre los océanos tienen muchas lagunas por la falta de bases de datos globales, se han detectado microplásticos en todos los océanos del mundo, incluso en el hielo del Ártico.