Cuando se trata el tema de le educación, los países escandinavos suelen ser la referencia. En los primeros lugares del informe PISA un año tras otro, Finlandia suele ponerse como ejemplo, aunque el sistema danés no está mal tampoco.

Sin matrícula

Los estudiantes daneses son unos de los pocos que cobran por estudiar. Sí, has leído bien. Mientras en casi todas las partes del mundo, son los estudiantes los que desembolsan importantes cantidades de dinero, en Dinamarca es muy diferente.

Los estudiantes de ese país cobran alrededor de 1.000 dólares al mes para sufragar sus gastos durante su estancia universitaria. Además, en la gran mayoría de los centros no existe una matrícula que abonar al iniciar cada año lectivo. 

Es decir, para los estudiantes daneses estudiar es como desempeñar un trabajo cuando se habla de remuneración. Y seguramente sea una de las claves de que en Dinamarca el absentismo y abandono escolar sea prácticamente nulo. Este sistema se lleva a cabo tanto en centros públicos como en muchos de los colegios y universidades privadas del país. 

Estudiantes eternos
Sin embargo también tiene su parte negativa. Lo que en Dinamarca se llama evighedstuderende, es decir, estudiantes eternos. Algunos estudiantes se apalancan en las universidades no se sabe si presas de los complicados estudios o, más bien, del sueldo por estudiar. Muchos de ellos alargan la estancia en las facultades por más de seis años. 

Dinamarca no es el único país que ha eliminado las tasas universitarias y las matrículas. En Finlandia, Escocia y Noruega tampoco es necesario abonar estas cantidades para acceder a estudios superiores. Sin embargo, ninguno de estos países tiene un sueldo para los estudiantes. 

Teniendo en cuenta que la media de gasto del estado de un universitario está alrededor de los 60.000 dólares al año, se puede reconocer el esfuerzo que realiza la administración danesa de cara a sus jóvenes. Y es desde luego mucho mejor, para los estudiantes que otros sistemas como el británico y el norteamericano, en los que los alumnos incurren en costosos créditos para poder sufragar sus estudios. Créditos que deben devolver en cuanto los concluyen y encuentran un trabajo.