En Navidad se intensifica la actividad pirotécnica. Petardos en nochevieja, fuegos artificiales con el año nuevo… Una expresión de alegría que a veces deriva en contaminación acústica particularmente desagradable para los perros.
Éstos tienen mucho más agudizado que nosotros el sentido del oído. Cuatro veces más evolucionado. Gracias a los 17 músculos de cada una de sus orejas –frente a los 9 de nuestrosoídos-, mientras que los seres humanos percibimos sonidos a 6 metros de distancia, los perros pueden escuchar los que se producen a 25 metros o más. Su oído registra hasta 35.000 vibraciones por segundo, su alcance auditivo es de 10.000 a 50.000 Hz, cuando el de las personas es de 16.000 a 20.000 Hz.
No es extraño, por eso, que la pirotecnia les pueda producir un estado de pánico y nerviosismo total. Afecta su sistema nervioso, porque, además de molestarles el ruido, no reconocen su origen, y eso los desarma. Para afrontar el problema, se suele recomendar acostumbrar al perro desde cachorro a los ruidos de esta naturaleza. Es importante también que el perro sienta el afecto y la compañía de su dueño, arroparlo con protección. Se aconseja, en este sentido, que no se queden solos en casa si fuera suenan elementos pirotécnicos. También se sugiere encerrar al perro en algún lugar de la casa con la radio o la tele encendidas, o con música puesta a un volumen suficiente como para disimular los estampidos de fuera.
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