En Marte el oxígeno es escaso, a diferencia de lo que ocurre en la Tierra, donde la vida aeróbica evolucionó en paralelo con la fotosíntesis para así elevar los niveles de oxígeno. En el planeta rojo, el oxígeno solo aparece en pequeñas cantidades que, además, son producidas por la descomposición del dióxido de carbono que provoca la luz. Así lo explica una investigación liderada por la NASA y el Instituto de Tecnología de Pasadena, en California (Estados Unidos) y publicada en Nature Geoscience.

Estudios previos habían señalado que el oxígeno molecular presente en ese planeta no sería capaz de albergar vida, aunque fuera simple como, por ejemplo, la de las esponjas. El principal experto al frente de este nuevo trabajo, Vlada Stamenkovic (NASA), y colegas del Instituto de Pasadena calcularon qué cantidad de oxígeno molecular podría hallarse en disolución en aguas saladas sometidas a varias presiones y temperaturas en diferentes zonas de la superficie de Marte.

Constataron que las concentraciones de oxígeno molecular son particularmente altas en la regiones polares del planeta rojo, mientras que en algunas de esas salmueras localizadas bajo la superficie marciana podrían contener suficiente O2 para mantener vida aeróbica. En concreto, los expertos calcularon que en torno al 6,5 % de todo Marte, ya sea justo por debajo de la superficie o sobre ella, puede contener niveles de oxígeno parecidos a los que permiten la vida en la Tierra.

La salinidad de esos sistemas, indican, hacen que el agua permanezca en estado líquido, incluso cuando la temperatura baja de los cero grados. Las conclusiones de estos científicos podrían también explicar cómo se habrían formado las rocas oxidadas detectadas en las exploraciones de las superficie de Marte.