La hormona irisina, que el cuerpo segrega en mayores cantidades cuando practicamos actividad física, podría prevenir la pérdida de memoria relacionada con el Alzheimer, según una investigación que acaba de publicar la revista Nature Medicine.

El estudio, que han realizado expertos de la Universidad Federal de Río de Janeiro (Brasil) y la Universidad de Columbia (Estados Unidos), se basa en pruebas con ratones. Los científicos Ottavio Arancio, Sergio Ferreira y Fernanda de Felice han detectado que cuando esta hormona entraba en circulación en el organismo de los roedores con alzheimer, así como su proteína precursora FNDC5, reducía el déficit de memoria y aprendizaje en ellos. Observaron también que cuando se bloqueaba la aparición de esta sustancia en el cerebro de los ratones enfermos, se perdían los efectos cognitivos beneficiosos que aporta el ejercicio físico.

Con todo, los científicos señalaron que si bien se sabe que el ejercicio mejora las capacidades cognitivas y retrasa la progresión de los trastornos neurodegenerativos, y el reciente hallazgo puede allanar el camino hacia nuevas estrategias terapéuticas, se requieren estudios adicionales para comprender mejor cómo la irisina entra en acción e interactúa con el cerebro. También indicaron que se requiere un mayor conocimiento para evaluar si la proteína tiene un efecto cognitivo beneficioso similar en los humanos.