Corría la Edad de Bronce, hace unos 4.000 años. Una migración masiva desde Europa del Este reemplazó a casi el cien por cien de los varones de la Península Ibérica. Así lo revela un estudio publicado en la revista Science, el mayor análisis genético de ADN antiguo que se ha realizado sobre la región, y ha servido para reconstruir la historia de sus poblaciones a lo largo de 8.000 años.

Reich e Iñigo Olalde, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), y Carles Lalueza-Fox, del Instituto de Biología Evolutiva de la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona, han estado al frente del equipo científico de más de 100 personas que ha logrado este hallazgo. Los investigadores han analizado genomas de 403 habitantes ibéricos, que vivieron entre los años 6.000 a.C y 1.600 A.D. También han estudiado restos de 975 personas de fuera de la Península y de unos 2.900 habitantes ibéricos actuales. Un ADN, todo este, obtenido a partir de piezas halladas en cerca de 80 yacimientos diferentes.

Así, los científicos concluyeron que ya en el 2.500 a.C. los ibéricos comenzaron a vivir junto a migrantes con ancestría de las estepas rusas, mientras que antes de la llegada de los migrantes, los ibéricos no tenían ancestría detectable de fuera de la Península. Pero tras el año 2.000 a.C., los ancestros del 40% de la población local y de casi el total de los hombres de la península corresponden a los grupos que llegaron de las estepas. Se entiende, pues, que grupos nómadas de la Estepa de Europa del Este, los yamnayas (pastores originales de las estepas de Europa del Este) reemplazaron hace entre 4.000 y 4.500 años progresivamente el ADN de los ibéricos. Como no se han hallado evidencias de violencia generalizada cuando este pueblo llegó a Iberia, los científicos sugieren que esta huella genética se podría deber a que las mujeres ibéricas locales prefirieron a los recién llegados de Europa Central.

Otras conclusiones del estudio son que la genética de los vascos apenas ha cambiado desde la Edad del Hierro (hace unos 3.000 años), y que el contacto entre España y el Norte de África es anterior a la llegada de los musulmanes.