Un inodoro que no necesita agua, ni conectarse a ningún sistema de depuración y que transforma los desechos humanos en fertilizantes. Tiene potencial universal, parece una solución para los problemas de suministro de agua que tienen algunos países de renta baja. Bill Gates lo ha creado.

El creador de Microsoft acaba de presentar un prototipo del modelo en una exposición que se celebra en Pekín, centrada en nuevas tecnologías y productos de saneamiento descentralizados innovadores y listos para comercializarse. La expansión de estos nuevos productos, sostiene Gates, podría reducir drásticamente el número de muertes y el impacto de la falta de higiene en la salud de la población en los países más pobres. El multimillonario ha explicado desde su cuenta de Twitter que ya se están probando en la ciudad sudafricana de Durban algunas réplicas del modelo, donde también se están poniendo en marcha otros modelos que se alimentan de energía solar.

Durante la presentación, Gates mostró un tarro lleno de heces para explicar que los desechos humanos pueden provocar enfermedades como la diarrea o el cólera, que ya causan cerca de 500.000 muertes de niños menores de cinco años cada año en todo el mundo, debido a enfermedades derivadas de esta falta de higiene. Añadió que anualmente se pierden más de 200.000 millones de dólares (más de 175.000 millones de euros) debido a los costes sanitarios y la baja productividad provocada por la falta de un saneamiento adecuado.