Un grupo internacional de investigadores, en colaboración con la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), ha publicado una guía que recopila lo que se sabe hasta ahora sobre cómo los vuelos espaciales alteran el sistema inmunitario humano. El trabajo, liderado por el Buck Institute for Research on Aging (Estados Unidos), propone además un nuevo campo de estudio: la astroinmunología, dedicada a analizar cómo las condiciones del espacio afectan a las defensas del organismo.
El estudio, difundido en la revista Nature Reviews Immunology, busca sentar las bases científicas para proteger la salud de las personas que participen en misiones espaciales de larga duración, como las que se plantean en la Luna o Marte. “El objetivo principal de establecer esta subespecialidad emergente de la astroinmunología es desarrollar contramedidas para proteger la salud de quienes exploran la vida fuera de la Tierra”, explica el investigador David Winer, autor principal del trabajo.
El espacio debilita las defensas del cuerpo
Los vuelos espaciales, incluso los de corta duración, provocan alteraciones en el sistema inmunitario. Astronautas en activo y retirados han reportado síntomas como erupciones cutáneas o infecciones respiratorias. Los expertos advierten de que estos efectos podrían agravarse en viajes prolongados, como los que se prevén hacia Marte.
El artículo describe cómo distintos factores —la microgravedad, la radiación cósmica, los cambios en los ritmos de sueño y el estrés fisiológico de las misiones— influyen negativamente en la respuesta inmune. Además, señala que estas condiciones modifican el microbioma humano y pueden reactivar virus latentes.
“Lo especial de este artículo es que proporcionamos información integrada sobre cómo todos estos factores estresantes interactúan para alterar la fisiología inmunitaria”, apunta Winer. Los autores destacan que muchos de los mecanismos descubiertos también pueden ser relevantes para entender el envejecimiento en la Tierra.
De los datos genéticos a las soluciones médicas
El equipo utilizó datos de recientes misiones a la Estación Espacial Internacional, del estudio Twins de la NASA y del proyecto Inspiration 4 de SpaceX. Gracias a las nuevas herramientas de análisis genético y molecular, pudieron observar con más detalle cómo las células inmunitarias cambian durante y después de los vuelos espaciales.
“La mayoría de los datos clásicos mostraban que el sistema inmunitario se alteraba en el espacio, pero no sabíamos por qué”, explica Winer. “Ahora, con la multiómica, podemos identificar los mecanismos y las características específicas de esa disfunción”.
El estudio también propone posibles estrategias de prevención, como la monitorización inmunitaria en vuelo, la vacunación personalizada o el uso de nutracéuticos espaciales, compuestos derivados de alimentos que podrían reforzar las defensas. Entre ellos figura la quercetina, una sustancia natural que, según investigaciones previas del mismo laboratorio, ayuda a normalizar la inmunidad en microgravedad simulada.
Hacia una medicina espacial personalizada
El grupo prevé que las futuras estaciones espaciales, junto con proyectos en la Luna y Marte, permitan seguir investigando estos procesos. También abogan por crear biobancos especializados, como el Biobanco de Medicina Aeroespacial de Cornell (CAMBank), que facilitarán comparar muestras de astronautas a lo largo del tiempo.
“Ahora podemos rastrear con precisión cómo se adapta cada célula del sistema inmunitario al espacio y a los diferentes entornos planetarios”, explica Christopher Mason, investigador de Weill Cornell Medicine. “Esto ayudará a preparar las próximas misiones y a mejorar la seguridad de los astronautas”.
El envejecimiento, otro paralelo con el espacio
Los autores subrayan que los efectos observados en el sistema inmunitario durante los vuelos espaciales son similares a los del envejecimiento acelerado. “Las mitocondrias no funcionan tan eficientemente en el espacio y comienzan a producir radicales libres. Estos mismos procesos ocurren con el envejecimiento”, afirma Huixun Du, coautora del estudio.
Aunque la astroinmunología se encuentra en una fase inicial, los investigadores confían en que los nuevos datos de astronautas aporten información clave para proteger la salud humana en el espacio —y, de paso, comprender mejor cómo envejece nuestro cuerpo en la Tierra.
Síguenos en Google Discover y no te pierdas las noticias, vídeos y artículos más interesantes
Síguenos en Google Discover