En el siglo XXI se han desarrollado nuevas teorías sobre las relaciones personales, incluyendo la que uno mantiene consigo mismo. Aunque parezca innecesario insistir en que la relación más importante es la que tienes contigo, entre el miedo a caer en el egoísmo y la falta de autoanálisis, uno simplemente se acaba abandonando. Los autocuidados o cuidados personales se están convirtiendo en temas relevantes para la sociedad. Sí, es cierto que muchos acusan esta época de rebañarse en un individualismo exacerbado, pero no todo en torno a ello debía ser malo. Aunque miremos más las pantallas de nuestros móviles que a nuestra madre, también hemos conseguido desarrollar formas de querernos más a nosotros mismos. Es decir, a dedicarnos tiempo de calidad. Automimos, vaya. Para los más bastos, una paja emocional. Aún tratamos de descubrir dónde se encuentra la línea entre quererse de calidad y quererse demasiado. La culpabilidad es uno de los primeros obstáculos a superar, pues muchas veces lo que queremos o necesitamos entra en conflicto directo con lo que los otros piden de nosotros. El pararse a escuchar qué es lo importante es una de esas cosas que hay que entrenar con paciencia. Pero, como en todo, hay puntos clave que uno debe escuchar.

Si no te apetece, no lo hagas.

Por muy lógico que pueda parecer, siempre nos andamos obligando a hacer cosas. Por puro compromiso o porque no sabemos hacerlo mejor, pero siempre nos ponemos en situaciones en las que preferiríamos no estar. El secreto reside en aprender a escucharse y discernir qué es lo importante de lo necesario, para poder tomar una decisión al respecto libremente.

Tómate esos cinco minutos.

Insistimos siempre en aguantar un poquito más, siempre un poquito más y otro poquito más, hasta que nos extralimitamos. Una parte muy importante de saber quererse implica conocerse bien y entender que uno no puede con todo; no hay nada malo con ello. A veces, una pequeña conquista consiste en reconocer cuándo necesitamos esos cinco minutos que marcar la diferencia, para poder reconstruirnos con calma y retomar lo que sea que estemos haciendo con fuerzas.

Treat yourself

Finalmente, MÍMATE, leñes. Date esas treguas a ti misma. Permítete lo que te hace ilusión. Con esto no quiero decir que derroches el dinero o que te vuelvas una persona insoportablemente egoísta, simplemente quiero remarcar que es importante concederse pequeños premios. Una debe reconocer cuándo se merece esas pequeñas cosas que contribuyen a ser un poquito más feliz. Un café muy refinado, una escapada de fin de semana o cancelar todos los planes para ver una película tranquilamente en casa. Concédete esas pequeñas cosas como si el mejor amante que jamás hubieras tenido fueras tu misma. No es egoísmo, son cuidados personales. via GIPHY Estos pequeños abrazos emocionales son tan cálidos y necesarios que aprender a autocuidarse solo contribuye a mejorar la salud mental y la alegría. ¡A por ello!   Imagen de Pixabay en CC