Empieza una lucha, por reducir el rastro de contaminación en las alturas. Es el combate particular, con repercusiones globales, de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), que ha obtenido el compromiso de la mayoría de los países miembros, incluido España, en el primer “Acuerdo Internacional para la Reducción de Emisiones de CO2 en la Aviación” (CORSIA, por sus siglas en inglés).
El acuerdo supone la limitación del crecimiento de emisiones del conjunto de la aviación mundial a partir de 2020, y convierte al transporte aéreo en pionero, en el primer sector en comprometerse con la lucha contra el cambio climático, incluso a pesar del crecimiento esperado del tráfico aéreo. Empezará a implantarse en 2021, y está previsto que se extienda hasta 2035.
A partir de 2020, aquellas compañías aéreas que superen las emisiones de gases contaminantes asignadas deberán adquirir derechos de emisión equivalentes de otra compañía o establecer determinadas iniciativas compensatorias. ¿Y cómo limitará la aviación civil mejor el volumen de emisiones de gases de efecto invernadero? Gracias al desarrollo de los biocarburantes y de los motores de menor consumo.
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