“Un filántropo de raíces humildes”. Es el resumen que hacer el libro ‘Filantropía y progreso. Grandes filántropos del siglo XXI’, editado por Forbes, de la trayectoria Isidro Fainé en busca de un mundo más solidario y mejor para todos. El presidente de la Fundación Bancaria “la Caixa es el único español en la lista de los 15 grandes filántropos del mundo, en la que figuran Warren Buffet; Bill y Melinda Gates; Isidro Fainé; Michael Bloomberg; Mark Zuckerberg y Priscilla Chan; Sergey Brin; George Soros; Carlos Slim; Alice Walton; Charles y David Koch; Jeff Bezos; Chuck Fenney; Azim Premji; Li Ka-shing; y Aga Khan IV.

Fainé, impulsado por los valores que le transmitieron sus padres y el ejemplo de Francesc Moragas, el fundador de “la Caixa”, ha situado a las personas en el centro de su estrategia empresarial. “Las empresas deben ser solventes, rentables y humanas", reivindicó el pasado mes de septiembre, cuando recibió el Premio Forbes por su labor filantrópica al frente de la Fundación “la Caixa”.

La filantropía ha estado siempre en el ADN de “la Caixa”. Cuando hace 150 años Francesc Moragas fundó la Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros, que sería el germen de la actual CaixaBank, quiso ofrecer un futuro mejor y una vejez digna a las clases trabajadoras y los más necesitados. Al mismo tiempo apostó por la educación, la investigación y la cultura para contribuir al progreso social.

Moragas fundó la primera caja de ahorros de Cataluña y de España y se entregó a su quehacer altruista. Entre otras cosas, empoderó a las mujeres con la instauración de un instituto ejemplar dedicado a formar a las trabajadoras; levantó centros de rehabilitación y de investigación para combatir la tuberculosis; impulsó la primera red de bibliotecas para luchar de manera global contra el analfabetismo; abrió casas de cultura y adquirió obras de arte de colecciones privadas para donarlas a la Junta de Museos…

150 años después, aquella pequeña caja de ahorros se ha convertido en una de las principales instituciones socioeconómicas de España y la Fundación “la Caixa” continúa trabajando por el progreso social.  “El trabajo, en la cabeza; la gente, en el corazón”, decía Moragas, una máxima que sigue aplicando Fainé en su labor al frente de la primera entidad filantrópica privada de España y la tercera del mundo.

"Uno se cura de todo menos de su infancia"

De Moragas heredó el humanismo, pero la primera y más valiosa herencia se la dieron sus padres. Isidro Fainé, que acumula ahora cargos en empresas, nació en un humilde barrio de Manresa. A pesar de que sus padres no sabían leer ni escribir -les enseñaría más tarde-, sí le trasmitieron una educación en valores incomparable a cualquier bien material. “Uno se cura de todo menos de su infancia, y es allí donde se obtienen las enseñanzas más valiosas. Mis padres me inculcaron cinco valores: el esfuerzo, la responsabilidad, la honestidad, el respeto y la importancia de la palabra dada, una virtud muy arraigada entre los campesinos”, recuerda Fainé en una de las frases que cita el libro de ForbesBooks.

Las enseñanzas de sus padres y la profunda conciencia social que desarrolló cuando descubrió la pobreza en la que vivían muchas familias de su entorno han marcado toda su trayectoria personal y profesional.

Fainé se trasladó a Barcelona con su familia y, con apenas 13 años, empezó a trabajar en un taller de reparación de bicicletas y motos. Compaginó trabajo con estudios y, tras licenciarse en Económicas por la Universidad de Barcelona, empezó su periplo por diferentes entidades financieras hasta que recaló en “la Caixa”.

La filantropía del siglo XXI

En su discurso tras recibir el premio Forbes a la filantropía Fainé hizo hincapié en que la labor de las entidades sociales está en escuchar el corazón de las personas, adivinar sus sentimientos y averiguar, incluso, las quejas que no se profieren.  En su opinión, la filantropía no es un monopolio de grandes fundaciones o donantes, es “una forma de ser propia de la especie human que se materializa de formas y a niveles muy diversos”.

También apunto cómo debería ser la filantropía del siglo XXI. En este sentido, propuso cuatro principios: anticipación, flexibilidad para adaptarse a un entorno cambiante, complementariedad para evitar duplicar esfuerzos y eficiencia, entendida como una acción transformadora evitando el mero asistencialismo.

El presidente de la Fundación Bancaria ”la Caixa” aboga por una filantropía muy profesionalizada, con un alto nivel de exigencia, pero al mismo tiempo humilde, en el sentido de ser capaz de reconsiderar una intervención si sus resultados no son los esperados.

En los últimos 10 años, ”la Caixa” ha dedicado 5.030 millones de euros a sus programas de acción social, educativa, cultural y de apoyo a la investigación médica.  En este año el presupuesto de la Fundación asciende a 545 millones. La entidad focaliza sus esfuerzos en tres ámbitos: social, investigación y divulgación cultural.