El acoso escolar o bullying es una realidad creciente a la que cada día se enfrentan miles de miños y adolescentes. Se trata de una lacra social que la mayoría sufre en silencio por lo que resulta complicado hablar de cifras. Según un estudio de Save de Children sobre acoso y ciberacoso en España, con entrevistas a 21.487 estudiantes de secundaria, uno de cada 10 alumnos dice haber sido víctima de acoso, un tercio reconoce haber agredido físicamente a otro compañero en los últimos dos meses y la mitad admite haber insultado.
El teléfono gratuito contra el acoso escolar del Ministerio de Educación (900 01 018) ha recibido un total de 28.065 llamadas desde su puesta en marcha, de las cuales casi 10.000 se estudian como posibles casos de este tipo de acoso.
¿Cómo luchar contra el acoso escolar desde los centros educativos? Alumnos de 1º de ESO de un instituto de Esplugas de Llobregat asistieron a la proyección de la película sobre acoso escolar Wonder, proyectada en la sala de actos de CaixaForum Barcelona y salieron convencidos de que nos convertimos en mejores personas aprendiendo de la diferencia. Así nos lo cuenta Alma, la red social social de la Fundación "la Caixa".
Tan valiente como un caballero jedi
“Ser diferente es bueno.” “¿Por qué?” “Porque gracias a la diferencia aprendemos cosas nuevas de los demás y hacemos amigos. Si todos fuéramos iguales, qué aburrimiento”, comentan los alumnos del IES Joanot Martorell de Esplugas de Llobregat. La semana pasada, una clase de 1º de ESO asistió a la proyección de la película sobre acoso escolar Wonder en la sala de actos de CaixaForum Barcelona. Los alumnos se sumergieron en el universo de su protagonista, Auggie Pullman, y se fueron de allí entendiendo que si nuestros caminos se cruzan con individuos que no son como nosotros, es para aprender unos de otros y así convertirnos en mejores personas.
Auggie es un niño de 10 años con una deformidad facial que, además de haberle hecho pasar 27 veces por quirófano, le ha enseñado a ser tan valiente como los caballeros jedis a los que admira desde el sofá de casa. Su coraje y sus ganas tremendas de disfrutar de nuevas aventuras en el colegio consiguen que ni las burlas de sus compañeros de clase puedan con él. Y este espíritu de superación ha dado toda una lección de vida a un grupo de chavales de 1º de ESO. “Además de analizar valores como el respeto y la convivencia, con esta actividad hablamos sobre el acoso escolar y sobre la diferencia como algo positivo”, cuenta Sandra Montserrat, educadora que lleva a cabo la actividad en CaixaForum.
Durante la sesión, la historia de Auggie remueve las consciencias de los estudiantes y amplía los horizontes de su capacidad de convivir: “Si queremos que nos respeten, tenemos que respetar a los demás”, dice uno en el debate posterior a la proyección. “Me gusta el personaje de Summer, porque sigue siendo amiga de Auggie aunque todos se rían de él”, comenta una chica. “Nada, y mucho menos el físico, debe hacer que nos burlemos de otros compañeros”, señala otro.
No hay libros de texto que enseñen a los adolescentes lo difícil que es ser adolescente. Alzar la voz ante las injusticias puede hacer que uno termine comiendo el bocadillo solo en una esquina del recreo, y callar a veces implica acabar haciendo daño a otro sin quererlo ni beberlo. Gestionarlo no es fácil. Un chico y una chica se lanzan a explicar su historia ante el grupo. Confiesan que se arrepienten del acoso que le hicieron hace un año a una compañera. “Al principio nos metíamos con ella porque nos parecía divertido”, reconoce el chico, “pero, cuando me di cuenta de que eso le hacía estar triste en clase, no volví a hacerlo más”. La chica, por su parte, añade que “si pudiera volver a atrás, la ayudaría y le diría que no se crea nada de lo que la gente dice. Y, a los demás, les pediría que la dejaran en paz”.
“Convivir con estas dinámicas nos hace normalizarlas, naturalizarlas, cuando en realidad son una gran lacra de nuestra sociedad. Hay niños a los que les destroza la vida”, afirma Sandra Montserrat. Afortunadamente, esta experiencia nos ha enseñado que, mientras haya debates sobre el acoso escolar en clase que nos hagan pensar y películas que pongan en evidencia las historias que llenan a diario los pasillos de los institutos, cada vez más adolescentes aprenderán de sus errores y dejarán de lado sus prejuicios, y muchos otros empezarán a alzar la voz ante tales injusticias. No hay una fórmula exacta que diga cómo debemos tratarnos los unos a los otros, pero está claro que si nuestros caminos se cruzan, es para sumar. Juntos somos más fuertes. Como dice Auggie al final de la película: “Sé amable porque todo el mundo libra una dura batalla”.
Texto: Alba Losada
Ilustración: Oscar Llorens