Mucho se está hablando de la configuración del Gobierno de Navarra por los posibles ecos que pudiera tener en la investidura de Pedro Sánchez. Los socialistas del PSN podrían liderar una coalición que incluya a Geroa Bai (la marca del PNV en Navarra), Podemos e Izquierda Ezkerra, que requeriría la abstención de EH Bildu. Sin embargo, la confluencia de derechas Navarra Suma se ha resquebrajado y UPN ha abierto la puerta a que sus dos diputados se abstengan en la investidura de Sánchez a cambio de que éste permita un Gobierno de Navarra Suma. Esta maniobra no ha sido secundada ni mucho menos por sus socios, Ciudadanos, que ha vuelto a caer en una de sus habituales contradicciones.

Al presidente naranja, Albert Rivera, considera que “Navarra es una cuestión de Estado” y pide que Sánchez “permita gobernar a la lista más votada”.

Estas palabras han suscitado todo tipo de reacciones puesto que Rivera defiende esta premisa para Navarra, pero podría aplicársela a otros muchos lugares donde está negociando con PP (los acuerdos incluirían a Vox pero está por ver si se sentarán a negociar en la misma mesa) para articular un pacto de perdedores y no permitir gobernar, precisamente, a la lista más votada.

Es el caso, por ejemplo, de Madrid, donde tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento Ciudadanos está negociando con Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida respectivamente para desbancar a Manuela Carmena del consistorio y mantener un gobierno de derechas (apoyado en la ultraderecha) en la región.