El pasado martes se conocía el fallo condenatorio del Tribunal Supremo al fiscal general del Estado, por el que se le imponían dos años de inhabilitación para el cargo y una multa de 7.200 euros por el delito de revelación de secretos. Escasos días después, en la mañana de este lunes, Álvaro García Ortiz ha comunicado su dimisión. Desde La Hora de La 1, Silvia Intxaurrondo y sus colaboradores reaccionaban en directo a la decisión y, además, analizaban la resolución de la Justicia, que dictaba sentencia de forma casi 'express'. Así, la presentadora recreaba su famoso "no me salen las cuentas".

La presentadora mostraba su opinión ante el fallo del Supremo, que aún no se ha puesto sobre el papel: "He tenido el gusto de seguir el juicio minuto a minuto. Prueba no hay, trazabilidad, tampoco. No hay prueba y no hay testigos". Intxaurrondo señalaba entonces que, "que hayamos visto, la prueba es que se sentaron varios periodistas delante del juez y dijeron lo mismo, que accedieron al contenido del mail en el que el novio de Ayuso confesaba haber cometido un doble delito, esa es la prueba que había. El testimonio de los periodistas diciendo que el fiscal no se lo había pasado, que lo tenían antes".

La periodista le preguntaba a Joaquim Bosch si, una vez puestos a deliberar, los magistrados lo hacen "de cabeza o sobre un documento". El magistrado explicaba que, normalmente, "aunque en este proceso hay muchas dinámicas que no han sido habituales, la magistrada ponente lleva una propuesta de sentencia y se discute. Si hay una mayoría que no está de acuerdo se hace constar cuál sería el fallo con los argumentos de la mayoría y se redacta la sentencia".

Bosch apuntaba que, en este caso, el "tiempo ha sido excepcionalmente breve para lo que tarda una sentencia de este tipo en el Supremo". Sin embargo, señalaba que habría algunos aspectos que podrían haber precipitado el fallo, como el evitar que se produzcan más "filtraciones" que puedan "desprestigiar a la institución" o la "especial relevancia" del asunto.

Entonces, Intxaurrondo recreaba aquel "no me salen las cuentas" que tan viral se volvió tras su entrevista a Isabel Díaz Ayuso durante el Covid haciendo referencia al tiempo en el que se ha dictado sentencia. "Si no me fallan las cuentas, lo hicieron en 4 días laborales, a no ser que se reunieran en fin de semana", decía, con extrañeza. 

La comunicadora recordaba el procedimiento anteriormente explicado por el magistrado Bosch: "Termina el juicio, se elabora una ponencia por la señora Polo, se traslada al resto de magistrados y en cuatro días laborables es cuando toman la decisión. Pueden estar hablando de indicios, declaraciones, pero cuando termina el juicio, ha habido cuatro días".

"Entiendo que la deliberación formal es cuando termina el juicio, si no deliberarían sobre prejuicios", matizaba Bosch, que volvía a instir en que "me parece un tiempo corto para deliberar un tema de tantísima entidad". "Yo no querría que esa rapidez en la deliberación haya perjudicado a la calidad", añadía el magistrado, que explicaba que "la deliberación, cuando se hace en condiciones, acaba modificando las posturas previas y llegando a consensos".

Recogiendo las palabras de algunos de sus colaboradores, Intxaurrondo decía que "el Tribunal Supremo no ha deliberado sobre un borrador, sino sobre comentarios desde el primer día mantuvieron conversaciones y desde entonces deliberaron y conversaron a vuela pluma sin tener un texto delante para decidir sin condenaban o no". "Eso sería prejuicioso", añadía, dándole paso a Bosch. 

"La deliberación no puede empezar hasta que finaliza el juicio, es lo que marca la ley y el sentido común", sentenciaba el magistrado. "Desconozco si hubo un borrador o un guion, una de las dos cosas tendría que haber estado. No puedo pensar que se plantea una sentencia improvisada, tiene que haber una propuesta más o menos acabada. A partir de ahí empieza la deliberación", sentenciaba.

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