La Hora de La 1 trataba este martes uno de los asuntos más importantes de la agenda en estos días: el cribado de cáncer de mama en Andalucía que, según la asociación Amama, ya ha provocado "varias mujeres muertas por retrasos". Silvia Intxaurrondo hablaba con Loli, una paciente de 40 años que sufrió esta "negligencia" en sus propias carnes y que ha querido responder, tajantemente, a las excusas del presidente de la Junta, Moreno Bonilla.
"Yo era una mujer de 40 años que no entraba en cribado, pero me noté bultos y fui a mi médico de cabecera", comenzaba contando la andaluza. El médico le ordenó hacerse una mamografía y, al no recibir ninguna llamada, pensó que todo estaba "correcto", tal y como le informaron que ocurriría en el hospital. Sin embargo, un mes mas tarde, Loli pidió una cita telefónica con su médico porque no se "encontraba bien", por lo que quería conocer los resultados de una analítica.
En ese momento, la mujer le contó su caso a la doctora, que decidió "echarle un vistazo" a la mamografía por si acaso. Para sorpresa de ambas, la sanitaria le preguntó "si no me habían avisado". "Te vas ahora al Virgen del Rocío y no te vengas sin una prueba complementaria, porque el radiólogo, a los pocos días de hacerte la prueba, vio una lesión compatible con tumoración y pidió de forma urgente un contraste", le dijo.
"Y yo no soy cribado, yo era una paciente con dudas sobres bultos en el pecho con 40 años", le contaba a Intxaurrondo. Loli insistía en que más allá del "grupo de cribado", se trata también de "mujeres a las que se le hace una prueba, el radiólogo informa y no les llega el resultado".
"Una entiende que, si no le han avisado, irá bien", apuntaba Intxaurrondo desde plató. Loli subrayaba lo complicado que es hablar de este tema tras haberlo sufrido, pero quería alzar la voz: "Me cuesta la propia vida porque es un tema doloroso y duro, pero el tema de las 2000 mujeres fuera de aviso es la punta del iceberg".
Finalmente, la andaluza tuvo que recurrir a la sanidad privada para ser intervenida: "Me dijeron que me teníán que operar a principios de enero, me llamaron en febrero para operarme en marzo y llevaba desde octubre con una mamografía que era una prueba dudosa. Y en marzo me iban a operar. Entonces, muy amablemente, les dije que ya me había operado gracias a un buen seguro que me cubrió la operación. No esperé los dos o tres meses que me daba la Seguridad Social".
El "paternalismo absurdo" de Moreno Bonilla
Loli insistía en la angustia de las mujeres que, siendo conocedoras de su diagnóstico, tienen que esperar meses y meses hasta ser operadas: "Te avisan, y ahora vete a tu casa sin decir plazos, mirando al teléfono hasta que te llamen. Yo me iba a morir antes de ansiedad que del cáncer", decía.
Intxaurrondo recordaba entonces una de las declaraciones de Moreno Bonilla, que aseguró que "cuando hay algún posible indicio, lo que hacen es no introducir un elemento de ansiedad al paciente, se decide no decirle nada y ya se le hacen pruebas posteriores". "Nos prefieren tranquilas antes que muertas. Ese paternalismo absurdo, no me insulte a la inteligencia", sentenciaba Loli.
"Dígame que puedo tener cáncer y nos ponemos las pilas entre todos. Yo como paciente, usted como gestor y los profesionales. Dígame que tengo cáncer, pero no me insulte a la inteligencia", repetía.
La andaluza contó que el mismo cirujano le había trasladado que "tenía hasta suerte porque había mujeres que no tenían ni el resultado de sus pruebas", porque el sistema no "tiene capacidad" debido a que, "con la curva del baby boom, se han detectado muchas mujeres con cáncer y los hospitales no tienen capacidad para absorber".
"Todo va con retraso y el retraso en cáncer es muerte", decía la mujer, que no podía dejar a un lado la "pena" que sintió al conocer el caso de estas 2.000 mujeres.
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