La modernización de Felipe VI convence a la audiencia: el Discurso de Navidad logra su mejor dato en cinco años

Desde el Salón de Columnas del Palacio Real, en lugar de La Zarzuela, de pie y no sentado, y más conciso, adaptándose a los mensajes breves pero directos que hoy calan en la sociedad. Estos fueron los pilares en la modernización del Discurso de Navidad de Felipe VI. Cambios que parecen haber seducido a la población ya que, en términos de audiencia televisiva, el Mensaje ha logrado su mejor dato en cinco años. 

Mientras que el monarca protagonizaba su Discurso menos visto en 2023, con un 59,4% de cuota de pantalla, lo que se traduce en 5.600.000 espectadores, en 2024 lograba crecer, pero seguía siendo el peor dato de su reinado con 62,4% de cuota de pantalla y 5.907.000 espectadores de media.

En este 2025, año en el que el rey quiso recordar los 50 años de la Transición, que trajo consigo la restauración de la monarquía en España, con destacables novedades, la audiencia ha crecido en +2,8 puntos. Así, el Discurso de Felipe VI firmaba un 65,2% de share, una media de 5.876.000 espectadores en simulcast y más de 6,5 millones de usuarios únicos, siendo su mejor dato en los últimos cinco años. 

Como viene siendo habitual, La 1 de Televisión Española fue el canal referente para seguirlo con un 24,1% de cuota de pantalla y 2.171.000 espectadores. En segundo lugar, Antena 3, que anotó un 16,3% de share y 1.464.000 televidentes. Lejos se encuentra Telecinco, que contó con un 5,9% de la audiencia y 534.000 espectadores.

Histórico de audiencias del mensaje navideño de Felipe VI:

• 2014: 73,4% y 8.239.000

• 2015: 65,0% y 6.658.000

• 2016: 57,6% y 5.822.000

• 2017: 65,7% y 8.139.000

• 2018: 70,6% y 7.944.000

• 2019: 65,1% y 7.537.000

• 2020: 71,0% y 10.760.000

• 2021: 64,1% y 7.933.000

• 2022: 65,3% y 6.761.000

• 2023: 59,4% y 5.600.000

• 2024: 62,4% y 5.907.000

• 2025: 65,2% y 5.876.000

Las claves del Discurso de Navidad

Los espectadores pudieron apreciar una evidente renovación en el Mensaje navideño del monarca el pasado miércoles. De hecho, muchos de ellos señalaron directamente a dos mujeres: Rosa Lerchundi, nueva directora de comunicación del Palacio de la Zarzuela, y Marta Carazo, ex de TVE que se unía a la Casa Real como jefa de la Secretaría de la Reina.

Vestido con traje azul marino, camisa blanca y corbata color terracota con estampado geométrico, el rey quiso alertar de que los “extremismos, radicalismos y populismos” están detrás de la “crisis de confianza” que sufren las democracias con un mensaje que fue más breve de lo habitual. Frente a los 15 minutos y 1.806 palabras del 2024, su discurso más largo, en este 2025, la duración fue de 9 minutos y 2 segundos, con un total de 1.126 palabras. 

Por otro lado, el escenario, uno de los elementos principales, también fue renovado. En lugar del habitual Palacio de La Zarzuela, el monarca se dirigió a los espectadores desde el Palacio Real. En concreto, desde el Salón de Columnas del Palacio Real, enclave donde se selló la adhesión de España a las Comunidades Europeas hace 40 años, el 12 de junio de 1985.

A su izquierda, dos símbolos navideños pretendían dar un toque hogareño a la ostentosidad y el lujo del Palacio Real: el misterio del primer cuarto del siglo XVIII realizado en madera tallada y policromada con el nacimiento del Niño Jesús, la Virgen María y San José (de la colección de Patrimonio Nacional conservado en el Monasterio de las Descalzas Reales), y el árbol de Navidad. A la derecha, la bandera europea junto a la española. Todos ellos al margen de elementos habituales del Salón de Columnas como un tapiz del siglo XVII, cuatro bustos romanos, todos anónimos, y un conjunto escultórico del siglo XIX copia de uno anterior que se conserva en el Prado.

Por primera vez, Felipe VI ofreció su tradicional mensaje de pie, sin sentarse en ningún momento. Solo su padre, Juan Carlos I, dejó atrás la opción del asiento en una ocasión, apareciendo apoyando ligeramente sobre una mesa de su despacho.

Esta posición dotó de mayor dinamismo a la retransmisión, que también ganó agilidad gracias a la grabación en movimiento. Los primeros segundos del discurso, en los que el rey apareció en escena caminando, se grabaron con una steadicam, que aporta un movimiento de cámara suave y dinámico.