Este año, el tradicional Discurso del rey traía consigo una renovación. Felipe VI se 'modernizaba' con una puesta en escena diferente por primera vez en los 50 años de monarquía: de pie, con un mensaje más breve y con el Salón de Columnas del Palacio de Real como escenario. Como todo cambio, ha generado un debate entre los que aplauden la actualización y los que se muestran más conservadores. Entre este último grupo se encuentra el periodista especializado en Casa Real Jaime Peñafiel, con quien ElPlural.com ha podido hablar para conocer su análisis sobre el Discurso.

Eran las 21:00 horas cuando Felipe VI comenzaba a dar sus primeros pasos. Y es que, en esta ocasión, el monarca no solo pronunciaba su mensaje de pie, sino que, además, aparecía en escena caminando

Durante los 9 minutos y 2 segundos que estuvo hablando -fue su discurso más breve, especialmente diferente al de 2024, que duró 15 minutos-, el rey se mantuvo de pie, mirando fíjamente a cámara. Una cámara que, además, aportó agilidad a la emisión gracias a su movimiento sutil, sobre todo al inicio al recurrise a una steadicam. Casa Real decidió cambiar La Zarzuela por el Salón de Columnas del Palacio Real, enclave donde se selló la adhesión de España a las Comunidades Europeas hace 40 años, el 12 de junio de 1985. Sin embargo, la decisión no ha gustado a Peñafiel: "Estaba ridículo y era ridículo que estuviera solo en un salón prácticamente vacío".

"Casa Real no tiene que hacer cambios. Un discurso se hace sentado, con el Belén al lado", añade Peñafiel, que asegura que "Juan Carlos I no lo habría permitido". Más allá de la puesta en escena, el periodista también carga contra el contenido del mensaje: "El discurso fue decepcionante, el peor de todo su reinado".

Peñafiel critica que el discurso "no tenía chicha" y que "no dijo nada": "No habló de la corrupción o de otros problemas importantes", señala, reconociendo que le "decepcionó". Las palabras del monarca, centradas en alejarse de los extremismos políticos, han suscitado diferentes reacciones. Desde los sectores más monárquicos han aplaudido la renovada imagen de la emisión y han afirmado que Felipe VI dio un "golpe en la mesa" con su texto. No obstante, Peñafiel lo relaciona con una mera fidelidad: "La gente es muy cortesana".

Las claves del modernizado discurso de Felipe VI

El Mensaje de Navidad del rey emitido el pasado miércoles dejó entrever una clara renovación que no pasó desapercibida para la audiencia. Muchos señalaron directamente a dos nombres propios como responsables de este cambio: Rosa Lerchundi, recientemente nombrada directora de Comunicación de la Zarzuela, y Marta Carazo, ex periodista de TVE incorporada a la Casa Real como jefa de la Secretaría de la Reina.

Felipe VI apareció ante las cámaras con un estilismo sobrio -traje azul marino, camisa blanca y corbata terracota con motivos geométricos- para lanzar una advertencia sobre los “extremismos, radicalismos y populismos”, a los que señaló como causantes de la “crisis de confianza” que atraviesan las democracias. El contenido, además, se condensó en un formato más breve de lo habitual: frente a los 15 minutos y 1.806 palabras del mensaje de 2024, el más extenso hasta la fecha, el discurso de este 2025 se quedó en 9 minutos y 2 segundos, con un total de 1.126 palabras.

El cambio también se percibió en el escenario, uno de los elementos más simbólicos de la retransmisión. En lugar del tradicional Palacio de la Zarzuela, el monarca eligió el Palacio Real como marco de su intervención. Concretamente, el Salón de Columnas, un espacio cargado de significado histórico, ya que allí se formalizó la adhesión de España a las Comunidades Europeas hace cuatro décadas, el 12 de junio de 1985.

A la izquierda del rey se dispusieron dos elementos típicamente navideños que buscaban suavizar la solemnidad del entorno: un Belén del primer cuarto del siglo XVIII, tallado y policromado en madera, con las figuras del Niño Jesús, la Virgen María y San José -procedente de Patrimonio Nacional y conservado en el Monasterio de las Descalzas Reales-, junto al árbol de Navidad. Al lado opuesto, la bandera de la Unión Europea compartía protagonismo con la bandera nacional. Todo ello convivía con los elementos permanentes del Salón de Columnas, como un tapiz del siglo XVII, cuatro bustos romanos anónimos y un conjunto escultórico decimonónico que reproduce una obra conservada en el Museo del Prado.

Otra de las novedades fue la postura del monarca. Por primera vez, Felipe VI pronunció su mensaje íntegramente de pie, sin recurrir en ningún momento al asiento. Hasta ahora, solo Juan Carlos I había optado por esta fórmula en una ocasión, apoyándose levemente sobre una mesa de su despacho.

Esta elección contribuyó a dotar de mayor ritmo a la emisión, reforzada además por una realización más dinámica. El inicio del discurso, con el rey avanzando hacia cámara, fue grabado con una steadicam, un recurso que permite un movimiento fluido y aporta una sensación de cercanía y modernidad a la retransmisión.

Síguenos en Google Discover y no te pierdas las noticias, vídeos y artículos más interesantes

Síguenos en Google Discover